Imagen: Ulya Kimaeva
El lenguaje no verbal a veces habla tan alto -o más- como las palabras pronunciadas. A veces, por mucho que tú digas 'sí', pero tus ojos, la forma en que colocas el cuerpo o la respiración dicen 'no', que sepas que la verdad la dicen los del segundo equipo. Para conocer las verdades y mitos detrás de ese 'chivato' que llevamos incorporado, hemos hablado con Ana Egido, psicóloga del gabinete de profesionales del gabinete de psicólogos El Prado.
¿Cómo aprender a leer el lenguaje no verbal?
“Todos estamos preparados biológicamente para captar las señales del lenguaje no verbal, pero gran parte de las personas todavía le dan más importancia o eligen quedarse con el componente verbal de la comunicación”, nos dice la psicóloga.
Por otro lado, en muchas ocasiones estamos interpretando el lenguaje no verbal sin darnos cuenta, sin ser conscientes. Por ejemplo, puede que hayas tenido una conversación agradable, has estado a gusto con esa persona que te gusta, pero vuelves a casa con una sensación rara, un nosequé, un quéseyo, que no sabes cómo tomarte. Quizás tu interlocutor ha estado inquieto, emitiendo "palabras" con sus gestos o expresiones que tu subconsciente sí ha pillado y no tardará en mandarte el mensaje.
Pero, entonces, ¿cómo se sabe cuando lenguaje verbal y no verbal dicen lo mismo? Usando tu intuición.
La empatía, un plus
Para poder interpretar el lenguaje corporal tenemos que desarrollar ciertas aptitudes, una fundamental es la empatía. “Las personas que son más empáticas tienen la capacidad de observar al otro para obtener toda la información posible acerca de su experiencia y así poder ajustar su comportamiento de escucha, ayuda y acompañamiento sincero, sintiendo lo mismo que la propia persona. Esta capacidad se puede desarrollar y entrenar siempre que haya un interés genuino en hacerlo”, explica Egido.
Escuchar de verdad subraya "de verdad" en fosforito en la cabeza mientras lo lees implica estar plenamente en la conversación. Los móviles encima de la mesa mientras charlas, la comida del día siguiente, el trabajo a medio hacer, o la discusión del otro día pululando por tu cerebro no ayudan en la tarea de interpretar el lenguaje no verbal. Puede que oigas y entiendas lo que te están diciendo, pero que no sepas entenderlo todo lo bien que podrías.
Las señales no verbales básicas
Las expresiones faciales son de las más importantes a la hora de comunicarnos, ya que a través de ellas podemos comunicar nuestras emociones más básicas. Por eso, intenta mirar siempre a los ojos a tu interlocutor, transmite confianza, seguridad y probablemente captarás mucho mejor sus sentimientos.
1. La mirada
"Mantener el contacto visual de manera natural comunica interés, confianza y transparencia, mientras que si se evita o se clava la mirada puede indicarnos signos de engaño, desconfianza, agresividad o incluso desequilibrio mental", apunta la psicóloga.
2. La voz
"La voz se compone de volumen, entonación, velocidad y pausas", como nos dice Ana. Ahora, interpretar si la persona que tienes delante dice lo mismo con los verbos que con su voz, es cosa tuya.
3. La apariencia física
Ir aseados y vestidos adecuados a la situación transmite el mensaje de ser una persona que cuida de sí misma, que tiene interés en la actividad que va a realizar. Como bien apunta Ana, "a través de nuestra imagen corporal podemos comunicar creencias religiosas, filosóficas, políticas, formas de vida, etc.sin necesidad de emitir una sóla palabra".
4. La postura
A través de la postura podemos transmitir estabilidad, confianza y seguridad. "Es muy importante destacar la postura de los brazos, cuando alguien nos está contando algo, tenemos que observar si tiene los brazos cruzados, en posición de apertura, encima o debajo de la mesa, etc. para tener más información acerca de su motivación y disposición respecto al tema que se está tratando.
La próxemica es la distancia desde la que nos relacionamos con los demás. "Tenemos que ser cuidadosos con la distancia desde la que hablamos con el otro y estar atentos de no invadir el espacio íntimo de la persona y recibiendo y observando cualquier signo de comodidad o incomodidad gestual que nos ofrezca", dice Egido.
Al margen de todas estas pequeñas pistas que nos ofrece la especialista, no existe la fórmula secreta para que aprendas a leer la mente al de enfrente, pero estar pendiente de sus gestos y expresiones faciales puede darte algo de información para terminar de llenar las lagunas que dejan las palabras. Si aún así tienes dudas de que esa persona que tienes delante esté diciendo todo lo que piensa, recurre a la solución de oro: pregunta a bocajarro.