Qué son las emociones agujero negro: claves para regularlas

Las emociones están bien, pero a veces hay que regularlas antes de que vayan a más

Nos hemos acostumbrado últimamente a defender que hay que expresar las emociones, que está bien sentir las cosas y es verdad. Pero no siempre aquello emocional es o tiene por qué ser positivo. En muchas ocasiones, hay emociones arrolladoras que son imposibles de frenar, por mucho que lo intentas eres incapaz de revertir una emoción intensa y eso arrasa también con quienes tienes cerca.

El digital La Mente es Maravillosa ha definido esta forma de funcionar en un artículo reciente como agujero negro de energía emocional. Cambios de ánimo extremos, intensos y rápidos, caos de sentimientos que te llevan a grandes tristezas, enfados y también alegrías o euforias desmedidas, pueden hacer la vida de la persona en cuestión insufrible, pero también dejar exhaustos a quienes lo viven de cerca.

Es por eso que hacen falta unas guías de identificación y regulación de estos agujeros negros, que seguramente la persona en cuestión tenga que acabar trabajando con su terapeuta. Se identifican como las emociones que más energía absorben la ansiedad, la ira o irritabilidad o la euforia. Estar ansioso es estar en tensión por algo que aún no ha sucedido, una inquietud por un peligro o acontecimiento inminente, que puede incluso ser imaginario.

Claves para reconocer estos sentimientos

La ira o irritabilidad puede tener que ver con una frustración real o convertirse en un estado de ánimo irracional, mientras que la euforia si se dispara demasiado por victorias o éxitos no tan destacados es posible que haya detrás una mala regulación y que el reverso sea una bajona considerable.

Ante una posible mala regulación de emociones que te arrastre hasta un bucle o agujero negro emocional, La Mente es Maravillosa plantea ocho consejos muy válidos. El primero es tomar conciencia de lo que se está sintiendo y el segundo conseguir nombrar cada una de las emociones que se siente, para distinguir un sentimiento de rabia con uno de frustración, tristeza, etcétera.

El tercero es descubrir qué es lo que origina ese sentimiento y a partir de ahí podemos trabajar en el cuarto, que es cambiar ese sentimiento si está siendo excesivo o te hace sufrir. Estrategias de relajación o de distracción pueden ayudar a conseguirlo, pero si esto no pasa entra en juego el quinto consejo, que tiene que ver con aceptar y tolerar las emociones negativas. Convivir con ellas puede ser la mejor forma de rebajarlas y relativizarlas.

Afrontar las situaciones que producen ese tipo de sentimientos desagradables y apoyarte en las personas más cercanas son el sexto y séptimo consejo, que sumados al octavo, que es el de autoestimularse y darse ánimos, proporcionarte tú mismo calma y enviarte mensajes de alivio, conforman una suma válida para empezar con la autorregulación.