Un día te das cuenta de que hay una persona del grupo de Whatsapp de tus amigxs que ha dejado de responder. Ya casi no comenta nada, y te has fijado que tampoco da likes a tus publicaciones de Instagram. Cuando intentas hablarle por privado para quedar, empieza a dar largas, o peor aún, te deja en visto o no siquiera abre el chat. Es ahí cuando saltan todas las alarmas y se te encoge el estómago: tu amigx puede que te esté haciendo ghosting.
Cuando un ligue te hace ghosting ya es bastante duro, sobre todo porque no paras de darle vueltas a la cabeza sobre los motivos que pueden llevarle a hacer esto. Pero es que cuando se trata de unx amigx es mucho peor, porque predomina el sentimiento de abandono por parte de un ser querido. Además, en las amistades a veces es más complicado determinar las situaciones de ghosting, ya que puede pasar que esa persona simplemente esté pasando por una mala época y se aísle. Es importante conceder el beneficio de la duda. Aunque también todxs tenemos esx típicx amigx que aparece y desaparece intermitentemente. Un tipo de relación que, por cierto, también desgasta.
Dos tipos de ghosting
Pero en el caso del ghosting, en las relaciones de amistad, se pueden diferenciar dos tipos diferentes. El primero es el de la típica persona que solo mira por sus intereses y busca una satisfacción rápida como podría ser esx amigx que conociste en algún viaje o fiesta, y después están las personas que no saben decir que no, siempre se amoldan los planes y esperan que tú adivines sus pensamientos. Este último coincide más con las amistades ya consolidadas y que con el tiempo desaparecen sin tampoco haber un motivo claro. Eso suele pasar porque una de las dos partes no es capaz de afrontar la situación.
En caso de estar sufriendo ghosting de unx amigx, ¿cómo lo superamos? Bien, tristemente, no hay otra que simplemente encajarlo y aceptarlo. Está bien preguntarnos si hay algo que pueda haber precipitado esa situación, si habiendo cambiado algo se hubiera podido evitar que la otra persona desapareciera. Pero tampoco nos obsesionemos con el por qué, ya que si esa persona ha desaparecido así de tu vida, por mucho que insistas, no conseguirás que suelte prenda.
Obviamente, como en cualquier situación de pérdida, pasaremos por un proceso de duelo en el que nos sentiremos tristes. Lo que nos puede ayudar también es apoyarnos en nuestras otras amistades para explicarles la situación, ya que puede que nos aporten otras perspectivas de lo ocurrido. Además, no olvides que, de tener oportunidad, la comunicación puede darte respuestas, eso sí: no lo fuerces.