Muchas veces los peores enemigos de nuestros sueños somos nosotros mismos. Por mucho que aquel profesor dijese que no éramos capaces, podíamos haberle hecho más caso al otro que nos decía que sí podíamos. Por mucho que nos dijeran que con la Crisis los jóvenes íbamos a pasarlo mal, podíamos habernos fijado en aquellos que anunciaban el momento ideal de emprender. Porque es cierto que arriesgar no garantiza el éxito, pero sin riesgo es casi imposible conseguirlo.
"Lo único que te separa de convertirte en el arquitecto de tu propia vida es el miedo a la libertad" - Borja Vilaseca, autor del libro ¿Qué harías si no tuvieras miedo?
¡Cuántas cosas nos ha impedido hacer el miedo, con su fuerza silenciosa, como una lluvia suave que va calando y se nos queda muy dentro! Si por un instante todo ese miedo desapareciera, el de perder aquel trabajo, romper con la pareja o decepcionar a los amigos... Si se esfumase también el miedo a parecer raro, a hacer el ridículo o a no ser queridos... Incluso si desapareciera el miedo a la muerte, la enfermedad o a cualquier accidente... Entonces solo quedaría la vida, con nuestra voluntad en estado puro y sin ninguna duda sobre nada. Empezaríamos en el punto en que podríamos elegir, sin condiciones de ningún tipo, lo que realmente queremos cada uno de nosotros.

Puede que muchas cosas que ahora tenemos las querríamos igual, pero quizá otras muchas que no tenemos hoy, las buscaríamos con todas las fuerzas, y no habría nada que nos impidiese ir a por ellas. Un viaje que nunca hicimos, aquel trabajo que ni tan siquiera nos atrevimos a soñar, o aquella persona a la que nunca dijimos lo que sentíamos por ella.
"El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo" - Nelson Mandela
Cuentan que los elefantes, cuando nacen en los circos, son atados a una estaca, y tratan de soltarse y escapar, pero aparte de hacerse daño en la pierna, no consiguen nada más. Hasta que aprenden la lección: que no pueden irse y es inútil el esfuerzo. Cuando pasan los años, se han acostumbrado a vivir con esa creencia, la de que no pueden soltarse, pero aunque la estaca es la de siempre, ellos han crecido y sus piernas son más fuertes. El problema es que ellos no lo saben, porque se quedaron con la idea que aprendieron de pequeños, y se sienten igual de incapaces que entonces, aunque ya no lo sean. De hecho, aunque haya un incendio, ellos jamás intentan escapar. Se quedan quietos y presos en su estaca, como nos quedamos muchas veces nosotros encerrados en nuestros "no puedo", "no debería" o "fracasaré". Esos pensamientos se nos clavan en la pierna, como a aquel elefante mayor que recuerda el dolor de cuando intentó escaparse de bebé.
Pero si nos atrevemos a salir de la zona de confort, aunque a veces duela, casi siempre el premio lo compensa todo. No es cuestión de ser imprudentes, ni de olvidar que habrá problemas o dificultades, sino de tener la valentía suficiente para hacerles frente, superarlos e ir más allá de esos límites, detrás de los cuales nos espera más vida, amor, libertad y éxito.
Consejo Milenial: haz que tus sueños ganen el pulso a tus miedos.
Crédito de las Imágenes: Jared Tyler