Un psiquiatra nos cuenta la verdad sobre las personas psicópatas

Los psicópatas encarnan el papel protagonista o antagonista de multitud de thrillers, desde series policíacas hasta algunos de los telefilmes del domingo por la tarde.

Los psicópatas encarnan el papel protagonista o antagonista de multitud de thrillers, desde series policíacas hasta algunos de los telefilmes del domingo por la tarde. En todos ellos, son los responsables de asesinatos macabros y de homicidios múltiples que parecen salidos de la parte más oscura del alma de los guionistas. Representan ideas que el mismísimo Jack el destripador hubiera soñado con llevar a cabo. Pero realmente, ¿qué hay de verdad en todo esto? ¿son todos los psicópatas unos asesinos en serie tal y como los retrata el audiovisual?

Antes de tratar de responder a esa pregunta, hay que aclarar qué se entiende exactamente por psicópata. A diferencia de otras características psicológicas, no existe un comportamiento único a partir del cual podamos calificar a una persona como psicópata. En cambio, sí que hay una una serie de rasgos que pueden poseer en mayor o menor medida. Francisco J. Vaz, catedrático de Psiquiatría y jefe de la sección de Psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz, explica que "no existe tanto una enfermedad a la que llamaríamos 'psicopatía', ni sujetos enfermos a los que llamaríamos 'psicópatas', sino comportamientos más o menos psicopáticos". Este tipo de conducta, según Vaz, "está relacionada con los trastornos de personalidad de tipo antisocial, narcisista, sádico, de inestabilidad emocional y otros".

$!La naranja mecánica es una de las referencias más conocidas sobre 'psicópatas' del cine

A pesar de que estemos hartos de escuchar la palabra 'psicópata' en CSI, lo cierto es que los psiquiatras solo la usan de manera coloquial. Pero ¿a qué tipo de características aluden? Francisco J. Vaz cuenta que suelen hacer referencia a "un sujeto con rasgos disociales o antisociales de personalidad, con un comportamiento perturbado, con baja o nula capacidad de percibir el sufrimiento y las necesidades de los demás, con tendencia a ser irresponsable y a anteponer sus deseos y sus derechos a los de los otros".

Para cerrar aún más la definición, también añade que estas personas pueden llegar a mostrar "un potencial para presentar comportamientos impulsivos y agresivos, con baja capacidad para sentir remordimientos y modificar el comportamiento propio en función de la previsión de los efectos que puede tener sobre los demás…".

Aunque la descripción imponga, estas características no tienen por qué darse todas a la vez; puede manifestarse una sola o una combinación de varias. Por eso Vaz explica que la definición puede tener diferentes matices: "Podemos encontrar un predominio del componente disocial [cuando el sujeto actúa de forma delictiva, sin considerar para nada las leyes y las normas sociales] "Podemos encontrar un predominio del componente disocial

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Por si no fuera ya complicado establecer qué es o no un comportamiento psicopático, el catedrático asegura que además "estas actitudes pueden ser entendidas de una u otra manera en función del contexto social y del momento histórico". O sea que, según la circunstancia, en una sociedad "un sujeto agresivo y violento que es rechazado como psicópata en tiempos de paz, puede convertirse en un héroe en tiempos de guerra", aclara. O incluso "un sujeto que tiende a explorar y obtener beneficios de los demás puede ser considerado un parásito interpersonal o un sujeto exitoso en el plano de los negocios, en función de cómo y dónde se centre su comportamiento".

Queda claro que, en primer lugar, no hace falta matar para ser considerado un psicópata y, en segundo lugar, estos comportamientos no siempre resultan tan sorprendentes como nos lo pintan en las películas.

A pesar de ello, Francisco J. Vaz asegura que "los diagnósticos de los trastornos de personalidad son los más complejos para la psiquiatría", y "se prestan más a la consideración personal". Afortunadamente, la frecuencia con la que aparecen es baja. "Si tomamos como prototipo el denominado 'trastorno antisocial de la personalidad', la frecuencia podría estar entre el 1 y el 3%, dependiendo de la población que se estudie, ya que parece asociarse especialmente a la pobreza y al aislamiento social", explica.

Algo en lo que sí parece llevar razón el audiovisual es en que, para ser un asesino en serie, es necesario, en palabras de Vaz, "que estén presentes los rasgos psicopáticos de la personalidad". Eso no quiere decir que todos los que tengan algunos de estos rasgos vayan a ser unos asesinos en serie, aunque sí tendrán más posibilidades de ser socialmente peligrosos.

$!Fotograma de la película American Psycho

Al ser un trastorno tan difícil de diagnosticar, no todas las personas que sufren estas características "están adecuadamente identificadas", dice el catedrático. Además afirma que algunas "están relativamente bien adaptadas con todos los matices que queramos emplear, por supuesto".

Y ahora, la pregunta que puede que lleves un rato haciéndote: ¿cómo puedes saber si vives con una persona con comportamientos psicopáticos? Aquí es donde se hace más necesaria la ayuda de un profesional, porque Francisco J. Vaz advierte de que "la identificación puede ser fácil en los casos más típicos", aunque es "muy difícil en los sujetos con rasgos más encubiertos y aparentemente mejor adaptados". En ocasiones, puede entrar en juego otro factor que puede ser más delicado afrontar, y es que estos sujetos, a veces, "ejercen una gran fascinación sobre las personas de su entorno", comenta el catedrático. Por ejemplo, pueden llegar a tener "un encanto especial, con gran capacidad de convicción, capaces de utilizar la mentira y la manipulación para encubrir o justificar sus actos", continúa.

Si después de todo, ves algo que te hace sospechar de tu compañero de piso, lo primero es que reciba ayuda. Pero por supuesto, esto no quita que, como dice Vaz, "las personas de su entorno adopten las medidas preventivas oportunas y pongan en marcha mecanismos de autoprotección en concordancia con las características del problema". En ese caso, quizás sea buena idea que duermas en casa de un colega durante unos días. Al menos hasta que hayas podido consultar a un psiquiatra.

Crédito de la imagen: John Kilar