Los perros pueden adivinar tus intenciones con solo mirarte a los ojos

Un estudio reciente apunta a que los perros reaccionan diferente en función de si haces algo a posta o por accidente

A veces le das en los morros para jugar y, alguna vez, lo has hecho suavemente como castigo. Alguna vez también le has dado a tu perro un golpe en el hocico por accidente. Pero él, ¿sabe distinguir esas tres situaciones? Un estudio de Psychology Today ha analizado si los perros saben diferenciar entre las intenciones de los humanos y el resultado, como solemos decir las webs que tendemos al clickbait, te sorprenderá. 

Para ver si los perros se enteraban de con qué intención hacen las cosas los humanos, el experimento era probarlos en tres condiciones diferentes para enseñarles y después retirarles una recompensa en forma de comida. En el primer caso se le retiraba de forma voluntaria, en el segundo de forma accidental y en el tercero había una barrera que bloqueaba al perro de alcanzar la comida, pero la recompensa siempre quedaba del lado del examinador. 

El director del laboratorio que hizo el estudio apunta resultados difíciles de interpretar, pero sí que apunta a actitudes diferentes de los perros cuando haces algo “a propósito” y cuando haces algo “por accidente”. Así que es muy probable que pueda saber que le escondías la pelota jugando o que le pisaste la patita sin querer. Pero por si acaso dale unas caricias de disculpas. 

La variable que demostró la diferencia está en el tiempo que esperaron los perros antes de acercarse a la recompensa que se les negaba. Los investigadores creían que los canes tardarían más en ir a por la comida cuando creían que se les negaba a propósito. Pero es que además de eso, se tumbaron, sentaron o dejaron de mover la cola cuando detectaban que había intención en la retirada de la comida, como dando a entender que ya no esperaban que se les diera, gestos que los estudiosos analizaron como apaciguadores. 

El estudio dejó claro que los perros reaccionan de manera diferente a actitudes idénticas con distinta intención. Seguramente por eso a veces cuando miras a un perro desconocido por la calle con simpatía se acerca a saludarte como si te conociera de toda la vida. O es capaz de morderte sin hacerte daño cuando le das golpecitos suaves con las manos, porque debe entender que de alguna manera estás jugando. Sin embargo, la investigación no deja claro que distingan del todo tus intenciones. Así que, por mucho que confíes en la complicidad con tu perro, tampoco te creas que si te dejas un bistec de ternera encima de la mesa por accidente va a ser comprensivo con tu despiste y no se lo va a comer. No, probablemente no pase.