Parar por salud mental no significa quedarse atrás, sino que a la larga puede ser un gran paso adelante. Lo ha demostrado la mejor gimnasta de todos los tiempos, Simone Biles, que con su trayectoria no solo ha cambiado la concepción de la gimnasia artística sino también la forma de tratar la salud mental en el deporte.
Biles, que nació el 14 de marzo de 1997 en Columbus, Ohio (Estados Unidos) deslumbró en los Juegos Olímpicos de Río, en 2016, con apenas 19 años. Su precisión y ejecución dejaron mudos tanto a jueces como al público, lo que llevó a su equipo a ganar el oro. Desde entonces, se ha encumbrado como la gimnasta más condecorada de todos los tiempos.
Como mayor exponente del sueño americano, la gimnasta ha tenido un ascenso imparable al éxito, a pesar de venir de una familia vulnerable. Su madre tenía un consumo problemático con las drogas y Biles tampoco conoció a su padre. Fueron sus abuelos quienes la criaron. A los 6 años se encontró con la disciplina casi que de casualidad, al visitar un gimnasio en una salida escolar y que lxs profesores se quedaran tan impresionadxs que la invitaran a apuntarse.
¿Qué le pasó en Tokio 2020?
En los Juegos Olímpicos de Río 2016 dejó a todo el mundo boquiabierto y fue su gran debut. Se hizo famosa por su impresionante desempeño, ganando cuatro medallas de oro (en equipo, individual general, salto y suelo) y una medalla de bronce (en barra de equilibrio). Biles ha redefinido la gimnasia con su capacidad para realizar rutinas de una dificultad extremadamente alta. Ha introducido movimientos nuevos y complejos que antes no se habían visto en la gimnasia femenina. Incluso algunos movimientos llevan su nombre.
Sin embargo, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 tuvo que abandonar la competición cuando tuvo una serie de “twisties” o “giros”, una pérdida súbita de orientación espacial que lxs gimnastxs pueden padecer cuando giran en el aire. Este duro episodio estaba enmarcado en la presión de haberse convertido en una estrella de atención mundial.
También, por los abusos sexuales vividos a manos de Larry Nassar, el exmédico del equipo nacional de gimnasia de Estados Unidos.
En una entrevista sobre los abusos dijo: “Eso fue tan traumático que en ese momento me diagnosticaron depresión y ansiedad. No se puede contener el trauma por mucho tiempo. Y eso es lo que vieron en los Juegos Olímpicos de Tokio, un gran derrame de todo eso que estaba contenido”.
Para superarlo, retirarse ha sido la mejor decisión, de la que ha vuelto renovada y nueva. En una entrevista reciente ha dicho: ”He trabajado mucho en mí misma, todavía hago terapia semanalmente, y ha sido muy emocionante salir aquí y tener la confianza que tenía antes.”