¿Alguna vez has pensado que pasarte dos minutos con los brazos en jarra a lo Superman o Wonder Woman podía ser útil? No, ¿verdad? Tranquilo, yo tampoco, al menos antes de enterarme de que la psicóloga Amy Cuddy dice que el postureo en plan súper héroe es un buen método para superar los nervios antes de hacer un discurso en público.

En las situaciones en las que sabemos que vamos a ser valorados por otras personas, nuestros nervios aumentan a causa de la aparición de la duda y la consiguiente pérdida de seguridad. Por ello, esta psicóloga de Harvard ahora que has leído Harvard ya estás diciendo "hostia, tiene razón seguro" dice que estar dos minutos en una postura que irradie seguridad hace que en efecto aumente la confianza que tienes en ti mismo.
Pero si no te hace gracia que alguien te vea y se piensen que estás mal de la cabeza, Cuddy en su libro Presence: Bringing Your Boldest Self to Your Biggest Challenge explica otros métodos para superar los nervios con los que hay menos posibilidades de hacer el ridículo. Uno de ellos, el que parece más útil y sencillo, es decir en voz alta o escribir las que crees que son tus mayores cualidades. Esto aumentará tu autoconfianza, eliminando la sensación de vulnerabilidad que sientes cuando te encuentras frente a desconocidos.

En 2005 dos psicólogos hicieron un experimento para probar que esto efectivamente funcionaba. Se les dijo a un grupo de personas que hiciesen un discurso delante de unos jueces, para después pedirles que contasen hacia atrás desde 2.083 de 13 en 13 mientras los jueces les metían prisa. Dentro del grupo de participantes, la mitad habían hecho previamente el ejercicio de auto-refuerzo, mientras que el resto no.
Los resultados mostraron que aquellos que lo habían realizado no sufrieron una subida de cortisol hormona que segregamos en situaciones de estrés, mientras que en el otro grupo hubo aumentos significativos de los niveles del mismo.
Esto se debe a que el ejercicio había ayudado a las personas a reafirmar la idea de que no necesitan la aprobación de otros para considerarse buenos. Amy Cuddy además remarca que no es necesario que lo escribas esté relacionado con lo que vayas a hacer: puedes decirte a ti mismo lo bueno que eres jugando al Candy Crush o lo bien que se te da ayudar a los demás.