La manera de vivir que hará que tengas muchísima suerte

La buena suerte son oportunidades aprovechadas. Y las oportunidades raramente llegan si estás escondidx en tu rutina

Muchas de las cosas que llamas suerte no lo son. Que tu ex te fuera infiel, que aquella empresa tan interesante escogiera a otrx candidato o que tengas tendencia a almacenar grasa en la barriga no es fruto del azar. Tu ex era unx imbécil, la otra persona estaba más cualificada y tus genes son la herencia de tus padres. Es todo una ilusión. Como cuando llamas suerte a haber ido aquel día a la fiesta donde conociste al amor de tu vida. Está guay verlo así. Es bonito. Pero no es suerte, no es azar, no es probabilidad. Tomaste una decisión. Y esa es precisamente la manera de seguir disfrutando de la buena "suerte": tomando la decisión de vivir experiencias.

Cambiar la rutina

Así lo cree la experta Gina Vild, quien en un artículo para Psychology Today apunta que los científicos sociales "ven la suerte como el resultado de acciones personales, una alquimia a la apertura a nuevas experiencias y una inclinación por tomar riesgos". Su hipótesis está basada en las investigaciones del científico británico Stephen Mark. En las mismas, el autor descubrió que las personas afortunadas "cambian regularmente su rutina, varían su entorno y se mezclan con una amplia franja de personas". Un descubrimiento que encaja con esa máxima popular tantas veces repetida que dice que la suerte hay que buscarla. Es totalmente cierto.

Porque la buena suerte no son más que oportunidades aprovechadas. Y sí, puede que algunas personas, por puro azar, se encuentren con más oportunidades que tú. Pero si vives en un universo muy pequeño, siempre con los mismos amigxs y siempre haciendo las mismas cosas, estás reduciendo aún más las probabilidades de que aparezcan esas oportunidades. Además, si no solo te abres poco a las nuevas experiencias, sino que además te asustan los riesgos, es probable que no tomes esas oportunidades cuando aparecen. Tu vida no está marcada por la mala suerte. Solo por tu pasividad. Y en realidad es una excelente noticia.

Cómo enfrentar la mala suerte

Porque implica que puedes cambiar la dirección de tu suerte. No obstante, no solo importa lo que haces ante las buenas oportunidades. También importa y mucho lo que haces ante los golpes de mala suerte. Estos son más habituales en la vida de algunas personas que de otras, pero nadie se libra de ellos. La clave aquí, dice Vild, es desarrollar el optimismo y "mecanismos de afrontamiento bien perfeccionados". Con ellos entre tus manos, serás capaz de darle la vuelta a algunas malas situaciones o, en caso de ser imposible, a llevarlas con menos dolor. Eso también afecta a tu percepción de la suerte. Te sentirás menos maldecidx.

Además de esta resiliencia, la especialista nombra otras tres habilidades claves para cultivar la buena suerte, establecidas por el investigador Richard Wiseman tras un estudio. En primer lugar, la habilidad de percibir las oportunidades y aprovecharlas. En otras palabras: estar despiertx. En segundo lugar, escuchar de corazón tus instintos. No amilanarte ante las circunstancias cuando algo dentro de ti te dice "adelante". Y, en tercer y último lugar, plasmar tus deseos de alguna manera. En palabras de Vild, "las personas afortunadas generan un futuro positivo al crear profecías autocumplidas". No tengas miedo a soñar. Eso es superstición.