Lo que hace que estés realmente agotado no es la falta de sueño

Sentir agotamiento físico y mental todo el tiempo es un síndrome y se le conoce como ‘TATT’

Otra mañana que suena el despertador y te cuesta horrores levantarte de la cama. No entiendes qué está pasando porque llevas días yéndote a dormir temprano, asegurando así tus ocho horitas de sueño. Pero aún así sigues estando cansadx durante todo el día y todo de cuesta el doble. ¿Será que te faltan vitaminas? ¿La regla? Probablemente, la causa de este agotamiento está en tu cabeza.

Si llevas una temporada complicada, marcada por el estrés, es muy probable que este sea el causante de tu agotamiento físico y mental. Así lo definió el servicio de salud británico, al cual bautizó como TATT, tired all the time. Más literal no podía ser.

Esta sensación de cansancio generalizado es algo muy extendido en nuestra sociedad a causa de unas vidas superestimuladas y atravesadas por problemáticas varias: el alquiler, los bajos sueldos o la falta de perspectiva futura. Ante esto es muy normal que, sin darte cuenta, estés sobrepensando algunas situaciones que te preocupen, como pueda ser el miedo a que tu casero te suba el alquiler porque te toca renovar contrato o que no sabes qué hacer con tu vida.

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Los pensamientos rumiantes y el overthinking también vienen acompañados de lo que se conoce como la ansiedad anticipada. Es decir, empezar a preocuparte antes de que las cosas hayan pensado y ponerte siempre en lo peor. Como si creyeras que sufriendo antes pudieras descontar dolor al disgusto posterior. Vamos, ser una angustias de toda la vida.

Aunque no lo parezca, este proceso mental pone en alerta a nuestro cuerpo, como si lo preparas para la lucha ante una amenaza real. En una entrevista para Vogue, la psicóloga María Jesús Álava Reyes explicaba como se activa el SMA (sistema nervioso autónomo), y dentro de este, el simpático. “Al activarlo se produce el cansancio porque producimos un desgaste exagerado a nivel físico, una irritabilidad creciente a nivel psíquico y un desplome enorme de nuestro control emocional”, exponía la experta.

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Estar dándole constantemente vueltas a todo solo servirá para tener menos energía para afrontar los problemas cuando lleguen (si es que llegan), además que tampoco tendrás ánimo para disfrutar de los buenos momentos. Para mantenerlos a raya hay que trabajar la aceptación de que no podemos controlarlo todo y que siempre se nos escapara algo. No pasada nada, en realidad, esto es lo que caracteriza la vida.

Es importante también no sobredimensionar las ideas y analizar si realmente es tan grave como creemos. Esto nos ayudará a enfriar las emociones del momento y darle el espacio que se merecen en nuestra mente. Otra cosa que puedes hacer para evitar estar todo el día dándole al coco es ponerte un horario para pensar sobre ese problema. Una media hora al día en que te dediques exclusivamente a pensar eso, sin estar pendiente de nada más. De este modo conseguirás limitar la parcela de espacio en el que se mueve el pensamiento e incluso puede que llegues a darte cuenta de lo absurdo que es darle tantas vueltas.