La importancia de la infelicidad en tu vida

Te programaron para huir de los sentimientos desagradables y ahora no sabes gestionar los golpes del mundo

La prevalencia de los trastornos mentales en la juventud no ha parado de aumentar en los últimos tiempos, especialmente durante y tras la pandemia. Y, como ocurre con todos los fenómenos complejos, detrás de ello coexistirán múltiples factores diferentes: el exceso en las redes sociales, el enflaquecimiento de las familias y las redes de apoyo, las crisis económicas y de oportunidades laborales... No obstante, y según comenta en Psychology Today el terapeuta especializado en comportamiento Lawrence Diller, un decisivo factor de riesgo del que no se habla mucho es la intolerancia a la infelicidad. Te han educado desde pequeñx para huir de la angustia y de la insatisfacción.

En palabras de Diller, “es muy difícil precisar las razones del predominio de los sentimientos, pero sin lugar a dudas la importancia de ser feliz, y evitar la infelicidad, se ha convertido en una tiranía sobre los padres, maestros y profesionales de la salud mental que tratan con niños”. Es la prioridad vital de una inmensa mayoría de las personas que viven en países desarrollados. Para muchas de ellas una verdadera obsesión. Y para intentar satisfacerla se compran libros de supuestxs maestrxs de la felicidad sempiterna, se leen artículos con la última fórmula de la felicidad disponible para consumo y se escuchan consejos de lxs amigxs siempre orientados a priorizar la felicidad. Es constante.

Tu programación mental

Lo es porque te programaron día tras día para buscar incansablemente la felicidad, pero también porque no aprendiste a gestionar adecuadamente las frustraciones de la vida. Como dice este terapeuta, “aprender a tolerar la angustia y la infelicidad es una de las habilidades claves de afrontamiento que los niños deben adquirir para manejar un mundo lleno de factores estresantes”. Cuando no ocurre, te conviertes en unx adultx que no es capaz de lidiar con sentimientos desagradables. Una persona a la que sentir decepción, tristeza o impotencia por un evento concreto le conduce a una mayor decepción, tristeza o impotencia por no estar preparadx para transitar el estado de infelicidad.

Por supuesto, esta disposición de tu cableado mental no es inamovible. Pasa con muchas predisposiciones psicológicas: un poco de autoconciencia y autoconocimiento, especialmente de la mano de unx profesional de la psicología, puede ayudarte a desapegarte de la idea de que tienes que estar feliz o en el camino hacia la felicidad todo el rato. Puedes aprender a ser infeliz de una manera más productiva. Porque serlo lo vas a ser en algunos puntos de tu vida. Es irremediable. Y continuar resistiéndote a ello no te aportará nada bueno. Solo una mirada negativa, crítica e injusta hacia ti mismo y lo que te pasa que dificultará tu recuperación de las ostias que vendrán.