Richard Evelyn Byrd fue un explorador y aviador estadounidense nacido en 1888. Su aporte al progreso humano ha sido significativo en cuanto a que permitió mejorar la configuración geográfica de la Antártida y fue pionero en el desarrollo de instrumentos de navegación para sobrevolar el mar. ¿Por qué lo llamamos héroe? ¿Qué podemos aprender de él? Veamos una pequeña parte de su historia.
El 28 de marzo de 1934, Byrd se acentúa en una pequeña cabaña enterrada en el suelo de 2,7 x 3,9 m y una altura de 2,4 m.; allí permanecerá durante 5 meses sin compañía humana alguna haciendo diversas pruebas meteorológicas. El frío cada vez es peor. El termómetro marca -50 centigrados y la base norteamericana más cercana, llamada Little America, se halla a 123 millas. Él está solo y tiene que sortear cualquier contrariedad que suceda con su ingenio. ¿Cómo sobrevivió?
“Era maravilloso engañar al tiempo de esa manera, sin esto mis días se habrían convertido en una verdadera desesperación. Sin una ocupación que me entretuviera y entusiasmara, mi vida se habría desintegrado por el aburrimiento y la preocupación”
He ahí su secreto. Todos los días, desde ese 28 de marzo hasta el 10 de agosto, se mantuvo ocupado realizando diferentes tareas. Su cuerpo estaba débil cuando fue encontrado y lo peor es que tuvo que esperar hasta el 12 de octubre para dejar definitivamente la zona porque, por las condiciones climáticas, era imposible a los rescatistas sacarlo antes. Su lucha fue dura, pero siempre se ocupó ya fuera: arreglando el sistema de tubos que prendían la estufa cuya función era mantener caliente el interior, quitando la nieve que se depositaba en los equipos externos, comunicando sus hallazgos a la base central por medio de un radio y la clave morse, meditando, preparando la comida, apreciando las hermosas auroras astrales, entre otras cosas. Cuando fue rescatado escribió:“Conmigo llevaba la sencilla belleza, el sencillo milagro de estar vivo y una idea nueva y más humilde sobre el valor. En el momento presente yo vivo una vida interior más profunda”
Fueron cinco meses difíciles, y, de hecho, una vez se alejó demasiado de la cabaña, si no hubiese sido por su creatividad, jamás habría regresado a salvo: su mecanismo para sobrevivir aquella vez fue alojar una cantidad de nieve notoria en donde se hallaba parado, caminar en una dirección ciertos metros según lo que él creyó caminó desde la base hasta que se dio cuenta de que estaba perdido y mirar si veía la cabaña; si no era así, retornaba sobre sus pasos hasta el montón de nieve y caminaba ahora hacia otra dirección; le tomó varios viajes pero su corazón se regocijó al descubrir su hogar miniatura. ¡Su valor no tiene precedente!Es tan inspiradora su historia que muchos psicólogos modernos recomiendan a las personas que sufren de angustia y ansiedad ocuparse en algo, ¡lo que sea! Según ellos, esta acción ayuda en demasía porque el cerebro no puede albergar dos pensamientos a la vez, es decir, así se consigue alejar de la mente toda esa tristeza o negativismo que impide ser feliz. Hasta a la medicina llegó el valor de Byrd, un héroe de verdad, ¿no lo crees?
Crédito de la imagen: centinela66.wordpress.com