Es posible que algunos recordéis haberos encontrado en la calle con alguna persona con un cartel colgado repartiendo abrazos a bajo coste o bien gratuitos. También es posible que en alguna ocasión, durante el confinamiento, echarais de menos un abrazo, una caricia, ante el total aislamiento que vivíamos. Lo que seguramente no os imagináis es que de esa necesidad ha acabado surgiendo una industria, la de la terapia de los mimos.
Lo cuenta recientemente la revista ICON, de El País, que ha entrevistado a una mujer, Elisa Meyer, que se dedica a abrazar a gente por 70 euros la hora, después de descubrir en Buzzfeed esta práctica en el año 2015. “Los mimos siempre me han encantado y me impresionaba la idea de ganarme la vida con ellos”, dice en El País.
Una orgía de abrazos
En el artículo mencionado en Buzzfeed, describe una especie de “fiesta del acurruque” en la que gente desconocida queda para abrazarse como si fuera una orgía del cariño más tierno. Una de las protagonistas del artículo es la primera vez que lo hace y, a pesar de cierta incomodidad, acaba saliendo encantada y relajada.
Necesitamos abrazos para sobrevivir
Son diversos estudios los que apuntan que los abrazos tienen beneficios. Uno de ellos, publicado por la revista Psychology Today, es de la Universidad de Claremont, en los Estados Unidos, y llegó a prescribir ocho abrazos al día como receta para liberar la cantidad adecuada de oxitocina, hormona que se considera asociada a los sentimientos del amor y que además estimula los receptores adecuados en el útero provocando y manteniendo las contracciones durante el parto para la dilatación del cuello uterino.
Cuando disfrutamos del contacto interpersonal, la relajación provoca también disminución de niveles de cortisol y adrenalina, que son las que provocan el estrés. O sea, pocos antiestresantes mejor que un abrazo. Es, además, uno de los métodos para sentirse bien -como la conversación o el sexo- que tienen que ver con conectarse a los demás y no solo con uno mismo.
Por si uno no tiene acceso a estas terapias de abrazos, no se atreve a lanzarse ante un desconocidx y tampoco tiene conocidxs a quien abrazarse, la empresa GDPI Gestión y Desarrollo de la Propiedad Intelectual está a punto de crear una máquina para hacer abrazos, según explica de nuevo el reportaje de El País. El objetivo, que siempre tengas un abrazo al alcance.