Ser Fiel Es Tomar Una Decisión

Es difícil hallar total impureza en el pensamiento, eso no lo podemos dudar, pero, ¿dejaré que algunos malos pensamientos determinen mi forma de actuar?

Es difícil hallar total impureza en el pensamiento, eso no lo podemos dudar, pero, ¿dejaré que algunos malos pensamientos determinen mi forma de actuar?

El amor de pareja tiene sus puntos fuertes y débiles, como cualquier relación interpersonal, y el trabajo de parte y parte es reconocerlos para hacer lo correcto y evitar lo que está mal. Al iniciar un noviazgo, ciertos temores llegan: ¿será que esto va a durar o se acabará pronto? Puede ser una de las tantas preguntas a la que le daremos vueltas, pero la más típica gira en torno a ese interés egoísta de querer ser la única persona en su vida: ¿jugará sucio o me será fiel?

Es normal, y si tenemos esa duda no es necesario alarmarse, porque el propósito primordial de la unión de pareja es no querer lastimarse; todo lo contrario, es amarse y respetarse. Es por ello que, antes de armar un berrinche, es necesario tener claro qué es la fidelidad. ¿Se trata de que no le guste nadie más o de su actuar si esto le llega a pasar? Y es aquí donde debemos profundizar, pues lo más probable es que si desconocemos lo que realmente significa, los celos nos van a dominar.

Por supuesto que esperamos que no le guste nadie más y queremos ser la única persona a la que mire con deseo, que cuando no esté con nosotros nos piense con tanta regularidad que mirar para otro lado no le dé tiempo. Pero si no pasa en las películas, tampoco pasa en la vida real; porque hay tantos tipos de belleza que, ¿quién puede dejar de observar? Y hacerlo no es para nada infidelidad. ¡Vamos! Si estamos seguros de que somos la opción que prefiere, dejar que nos compare con otras personas no tiene nada de malo si en verdad nos quiere. Hará sus propios juicios y sacará sus propias conclusiones, y muy probablemente nos valore más si conoce alguien que no le resulta interesante ni le causa las mismas emociones. Dejemos que en esa situación nuestra pareja sea su propio juez, preguntándose a sí misma: ¿estaré siendo infiel?

La infidelidad no se trata de sentir atracción, gusto o deseo hacia otra persona que no es mi pareja, porque aunque tenemos la capacidad de controlar nuestras propias emociones, el instinto animal puede terminar ganando la carrera. Es absolutamente normal que otra persona nos guste o que nos llame la atención su belleza, que su hermosura se nos pasee por el frente y nos empiece a dar vueltas la cabeza. ¿Es esto es una señal de infidelidad? Decir que sí sería despreciar nuestra propia naturaleza, ahora, lo que sí puede ser peligroso es que nos encontramos frente a una puerta, una puerta en la que pondremos a prueba nuestra palabra de novios y el compromiso que asumimos cuando iniciamos la relación: no jugar con sus sentimientos y no caer en la tentación.

Hagamos un ensayo, imaginando esa situación: me pasó alguien por el frente que ha llamado mi atención. Puedo intentar conquistarla o preferir mi relación… ¿cuál sería mi decisión?

 

Crédito de la foto: weheartit.com