Cada inicio de año, muchas personas se proponen comenzar un diario, pero pocas logran convertirlo en un hábito constante. Evie Riski, de Dakota del Norte, ha llevado el journaling a otro nivel: ha escrito en su diario cada día sin falta durante 90 años.
Su historia comenzó en 1936, cuando su padre le regaló un diario una semana antes de su undécimo cumpleaños. Desde entonces, ha registrado su vida en decenas de volúmenes. Su primera entrada, en cursiva infantil, mencionaba una visita de su abuela y la caminata de un familiar. Desde ahí, sus diarios documentaron su vida: tareas en la granja, romances juveniles, el nacimiento de sus tres hijos y la muerte de su esposo en 2010.
Toda una vida registrada
“Escribía en trozos de papel y luego lo pasaba al diario”, recuerda Riski en un artículo al New York Times quien nunca ha dejado de escribir. Su hija, Michelle Locken, recuerda cómo, sin importar la situación, su madre siempre encontraba el momento para hacerlo. Inspirada por ella, Locken retomó el journaling en su adultez. “Hoy, cuando todo es digital, escribir a mano es un arte perdido”, comenta.
Más que recuerdos personales, los diarios de Riski se han convertido en un registro histórico. Si surge una duda familiar sobre una fecha o un invierno particularmente frío, su diario tiene la respuesta. “Mi mamá tiene una memoria increíble, pero todo está ahí, registrado”, dice Locken.
Desde hace siete años, Riski vive en un centro de vida independiente donde es una fuente de inspiración. Allí, Riski participa en actividades diarias y las anota en su diario.
Beneficios del journaling
Su vida ha sido testigo de grandes cambios. Creció en una granja sin electricidad, teléfono ni televisión y recuerda exactamente cuándo llegó la electricidad: 1944. “Lo disfruté mucho”, comenta. También registró el día que conoció a su esposo, Donald Riski, en un picnic. Se casaron en 1954, ambos con 29 años. Su consejo: “Espere hasta los 29 para casarse. Viva su vida y diviértase primero”, dice entre risas. “Por supuesto, nadie me escucha”.
El mes pasado, Riski celebró su centenario junto a su bisnieta Mila, quien cumplió 10 años ese mismo día. Aunque Mila aún no lleva un diario, su bisabuela espera que continúe la tradición.
Algunos estudios han demostrado que el journaling reduce el estrés y ayuda a ganar perspectiva, incluso en momentos difíciles. Para Evie Riski, escribir ha sido una experiencia invaluable. “No toma mucho tiempo y es un hábito maravilloso”, concluye. “Noventa años es mucho tiempo, pero estoy feliz de haberlo hecho”.