Cada vez vas más liado, cada vez es más valioso tu "tiempo libre" y cada vez cuesta más decidir a qué lo destinas. A menudo infravaloramos el tiempo invertido en cosas no planeadas o que, al parecer, no construyen nuestro futuro e, incluso, llegamos a tener remordimientos por estar, literalmente, sin hacer nada. Pero el tiempo que dedicas al ocio y al placer es una gran oportunidad, porque ese momento de desconexión también puede suponer un cambio de rumbo vital.
Tus "objetivos" no solo como metas profesionales, sino también como una forma más abstracta de preguntarse qué queremos en la vida, no se alejan de ti porque descubras un nuevo hobby. Las posibilidades de llegar a cumplirlos son infinitas y, lo mejor de todo, no hay un único camino. Y, por eso, lo que haces después del trabajo es tan importante como este. No solo para cuidar tus relaciones personales, sino también para tu formación como persona. Claro que hay que centrarse en algo para conseguir resultados, pero la gente de "éxito" concepto que ya es relativo en sí no se ha pasado años solamente trabajando y sin ver la luz del sol. Está comprobado.
Lo que vives te conforma y te informa. Nunca sabemos lo que nos va a aportar una actividad o conocimiento hasta que nos ha servido para algo en el futuro. Es decir: que nadie te diga lo que es tiempo bien invertido y lo que no. Casi toda experiencia te hace aprender. Pero sí vale la pena estar a lo que estás incluso cuando lo que quieres hacer es 'nada', perderte, desconcentrarte. E aquí un par de trucos para gestionar tu tiempo libre hasta a planear eso, hemos llegado.
El mejor hobby te entretiene y te hace crecer
Puedes usar algunos 'filtros' para elegir qué te aporta y qué no. Cada uno tiene que construirse los suyos, pero, por ejemplo puedo, preguntarme si lo que hago en mi tiempo libre me abre la puerta a:
A Aprender algo nuevo
B Aumentar mi creatividad
C Entenderme más a mí mismo o mejorar la calidad de mis relaciones
D Relajarme y ayudarme a afrontar de nuevo mis obligaciones, hacer un "refresh"
E Reforzar lo que yo puedo aportar en mi trabajo o en el futuro proyecto que tenga entre manos
No hace falta hacerlo TODO
Es importante para los "vaguetes" no dejar que se escurran las horas cada tarde tragando series todo tiene sus momentos, claro, y eso también aporta. Por otro lado, seguro que tienes amigos que se apuntan a diez mil actividades a la semana y, pese a ello, están intranquilos, casi insatisfechos. Hay cosas básicas sin las que uno no puede aprovechar el día: 1. oxígeno mental y 2. haber descansado. Para los culos inquietos: no os saturéis el horario semanal. No vale limitar ese momento del día en las que ya estás catatónico de cansancio al ocio o la aleatoriedad, porque no vas a procesar la experiencia.
Busca un rato para desconectar tu cerebro
Esto es lo más difícil para algunos por el horror vacui, o miedo al vacío, que sentimos a veces cuando no tenemos nada que hacer en un futuro inmediato. El "nada que hacer" no existe y no tiene que preocuparte, es una construcción social. Que si no estás acompañado o haciendo "algo", aunque sea diluyendo su mente en una serie, te pones nervioso. Pero así tu cerebro no respira, no te miras por dentro y no observas realmente a tu alrededor.
Pero, además de ser razonable con tu tiempo según tus objetivos, para innovar contigo mismo conviene dejar algunos espacios "vacíos" o sin planear. Por ejemplo, deja un par de horas a la semana en las que no sepas qué va a pasar y lo decidas al momento. ¿Qué hace alguien que visita tu ciudad por primera vez? ¿has mirado a última hora si hay algún evento gratis cerca de ti? ¿qué te parece irte a leer a un bar? ¿patinar o paseo en bici sin rumbo fijo? Dependerá de lo que suelas hacer y lo que no, de tu personalidad, pero sabrás que para ti es algo improvisado o fuera de lo común, porque sentirás vértigo y placer a la vez.
El efecto de esta disciplina de la desconcentración no es automático, puede que haya semanas en las que estos espacios no te aportan nada especial, pero haciendo esto tienes por cojones más posibilidades de que te ocurran cosas fuera de tu esquema habitual. Irte a pasear por algún lugar nuevo puede ser más fructífero de lo que piensas. La premisa es que tu mente no esté todo el día bloqueada o acostumbrada a lo que hace o ve.En resumen, ya sabes que tu vida no empieza ni termina cuando se acaba el curro o la clase, todos los ámbitos de tu vida pueden reforzarse mutuamente e impulsarte hacia adelante. Aprovechar el tiempo requiere ser selectivo, no significa saturarte de obligacioens. Analiza qué te aporta eso que estás haciendo o dejando de hacer, pero dejando siempre espacios sin planear para que lo inesperado pueda encontrarte. Al final confío en que la disciplina de la desconcentración te ayudará a concentrarte en tu mayor tesoro: el presente.
Crédito de la imagen: Paolo Raeli