Por qué empezar en un trabajo nuevo genera tantas inseguridades y malestar emocional

Diseñada por John Sweller, la teoría de la carga cognitiva reflexiona sobre la memoria a corto y largo plazo y cómo aprendemos todo lo que nos enseñan de nuevo, sea en los estudios o en tu empleo

¿Sabes cuando llegas a un nuevo trabajo y te dicen: “ya lo irás aprendiendo” mientras te sueltan la chapa con todo lo que necesitas saber? ¿O cuando estudias para un examen y te lo tragas todo semanas antes del examen? Bueno, pues según la teoría de la carga cognitiva de John Sweller estos métodos están destinados al fracaso. Seguramente, nada que no puedas saber por tu experiencia.

Según el psicólogo Nahum Montagud, que habla de la teoría en un artículo, las tesis de Sweller se resumen en que “debemos incorporar este nuevo conocimiento, familiarizarnos con él y después, una vez interiorizado, podremos analizarlo más a fondo”. Vamos, que como tenemos “una memoria de trabajo más bien reducida”, todos esos empleos que a partir del día dos te exigen que sepas hacer lo mismo que alguien que lleva ahí un año están pidiéndote imposibles. Incluso es una especie de forma de abuso, puesto que quieren que tu cerebro dé más de sí de lo que los humanos estamos programados, causándote mucho un artículo porque no te sientes capaz.

La memoria de trabajo, este concepto que menciona Montagud, es una especie de firewall del conocimiento. Es la memoria a corto plazo, por donde pasa todo lo nuevo que aprendemos. Una vez ahí, si lo entendemos bien y nos familiarizamos con ello, nuestro cerebro lo almacena en la memoria a largo plazo, pero “solo si esta información ha sido debidamente procesada”, avisa el psicólogo. Por eso, “si sobresaturas la memoria de trabajo de una persona sobrecargándola con muchas tareas no se puede esperar que finalicen un trabajo o aprendizaje de calidad”, añade.

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Pero muchas veces es inevitable toparnos con esta situación que nos piden demasiado en demasiado poco tiempo. Entonces, ¿cómo podemos mejorarlo? Pone el ejemplo de un profesor de filosofía que pide a sus alumnos que comparen Sócrates, Platón y Aristóteles sin habérselos explicado “porque son básicos”. Los alumnos intentarán leer sus teorías y crear una tabla comparativa, más que nada para ahorrar tiempo. Sin embargo, no estarán aprendiendo nada, simplemente saldrán del paso del ejercicio. Si realmente quieren entender las teorías y poderlas aplicar más adelante, tienen que aprender y entender cada una de las teorías por separado y luego, con ese conocimiento entendido, crear la comparativa. En un futuro, si les entra en el examen otro autor que deben comparar con alguno de estos filósofos, como los habrán entendido por separado, dominarán el conocimiento y podrán compararlo a otros autores. Pero si no, no podrán salir de la tabla que se habían hecho mentalmente, porque no dominan la materia.

Lo mismo en el trabajo. Tirarte a la piscina de golpe a hacer “lo práctico”, es decir, la “comparativa de los filósofos”, no sirve de nada. Lo primero que tienes que hacer es entender y aprender todos los ítems que formarán parte de tu nuevo puesto o de tus nuevas funciones. “Primero va la adquisición de conocimiento y luego la resolución de problemas”, añade Montagud. Por lo tanto, esto de “ya iré aprendiendo sobre la marcha” está destinado al fracaso. Es importante, si te hace falta, tomar notas y luego repasarlas o estudiar ejemplos previos de lo que tendrás que hacer en ese trabajo.

Ya que en pocos sitios te dejarán meses para pillarle el ritmo y todo el trabajo te vendrá de golpe en cuanto te incorpores, interiorizar esta forma de aprendizaje es vital. En resumen, identifica bien todas tus funciones, estúdialas a partir de ejemplos previos o notas y luego ponlas en práctica. No te tires directamente a la piscina o, encima, te echarán las culpas a ti por fracasar en algo que no dominabas. Suena horrible, pero así es la vida real.