Entre el cansancio y el amor llega la decisión más difícil: rendirse o esperar. Rendirse y seguir adelante en nuestra vida o esperar a que el amor haga los cambios necesarios para el encuentro del futuro prometido. Siempre es complicado, pero debéis tomar una decisión ahora mismo.
En los momentos de crisis en nuestra relación de pareja siempre decidimos poner las cosas en una pequeña balanza que nos diga qué deberíamos hacer, qué dirección tomar. ¿Para qué esperar si hay muchos peces en el agua? ¿Cuántas veces nos hemos preguntado esto durante las discusiones interminables a las 2 a.m.? Sí, chicos, todos hemos vivido lo mismo.
Es cierto, rendirse es mucho más sencillo que esperar y seguir luchando, es más fácil decir adiós a todo por lo que hemos trabajado y empezar de nuevo en otro lugar, pero, ¿de verdad quieres hacer eso? ¿Quieres tirar todo tu trabajo por la borda y decir "a la basura todo esto" sin siquiera pensarlo detenidamente? Nunca tomes decisiones con arena en los ojos, como dicen por ahí: "sin importar el tamaño de la tormenta, pasará".
Lo mejor que puedes hacer es descansar, alejarte un poco de tu pareja y esperar un poco para descubrir cuál es la decisión correcta. La idea no es mantenernos en un sufrimiento constante donde no logremos nada, la idea es hacernos entender a nosotros mismos que hemos tomado la decisión correcta, sea cual sea, pero ir directo a por ella.
Siempre recuerda apuntar tu decisión para una felicidad a largo plazo y no la felicidad de corto plazo que te hará sufrir en un futuro cercano.