Descubrir nuestro talento es maravilloso: hace que el sonido del despertador se convierta en la música de la felicidad y que el frío matinal tenga encanto; que los ojos te brillen, que la sonrisa no puedas ni contenerla, que las palabras se te queden cortas y que siempre quieras experimentar más, vivir más y aprender más de ello. Encontrar el talento es parecido a la sonrisa no puedas ni contenerla: nos hace querer desnudarlo y sacarle todos sus secretos, conocer todos los recovecos que esconde, y nuestra sed aumenta cuanto más lo tocamos y nos acercamos a él. Como decía Lope de Vega: "Quien lo probó, lo sabe".
Conocer el talento propio puede cambiarnos la vida, porque hace que los problemas sean más soportables, y que las alegrías cobren mayor fuerza. El amor nos enciende y una pasión profesional también puede iluminarnos la cara, pero hay muchas personas que no saben aún qué les motiva, les apasiona y les define como seres extraordinarios del Planeta. Viven desconectados de su propia ilusión, del talento que vive en ellos y que aún ni conocen. Van por la vida a medio gas, con la luz justa para sobrevivir y una sensación de sed algo limitada por la falta de estímulos, de ilusiones y enamoramientos. No están enamorados de su trabajo ni comprenden hasta qué punto su existencia ha servido para algo único, algo especial que les compense a ellos y les sea útil al resto.
Se habla mucho de los ni-ni, de los que ni estudian ni trabajan, pero en realidad muchos que están en un estado de stand-by es porque no saben lo que quieren, y se sienten desorientados. No conocen su talento, lo que se les da bien y podría motivarles personal o profesionalmente. Les falta ese faro de luz que les guíe, como a un barco en medio de la noche. Una luz que les permita sentir que están yendo a alguna parte, y esa luz es el propio talento, que siempre está dentro de nosotros, pero a veces está tan envuelto en capas de inseguridades o distracciones que ni siquiera lo vemos.
"El genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de transpiración". Thomas Alva Edison TUITÉALO.
Ken Robinson, el autor de Encuentra tu Elemento, dice que el talento es aquello que se nos da bien y al mismo tiempo nos encanta. Pero uno no siempre se enamora a primeras de su propio talento, sino que muchas veces hace falta practicar, probar, investigar y experimentar para ir notando por dónde sopla el viento, qué es lo que realmente nos llama y nos apasiona hacer. Si no, sería igual de absurdo que quedarse en casa sin hacer ningún plan esperando a que llegase el amor. Conociendo, viajando y teniendo relaciones es más fácil que vayamos perfilando la persona perfecta para nosotros.
La pasión es parecida; se nos presenta cuando estamos en la vida, haciendo y viviendo cosas diferentes, y cuanto más disponibles estemos para que nos sucedan cosas maravillosas, con una actitud abierta y nuestra creatividad en funcionamiento, más fácilmente nos lanzará sus flechas Cupido o nos visitarán las musas que revelan el verdadero talento de cada uno. Y entonces podremos decir aquella cita de Confucio: "Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida". Porque las horas vuelan y la vida es increíble cuando conocemos nuestro propio talento.
Consejo Milenial: encuentra tu talento y regálale al mundo el privilegio de tu existencia.
Crédito de la imagen: sodahead