Cosas Que Tienes Que Empezar A Hacer Por Ti Mismo

Es el momento perfecto para hacerte pequeños propósitos que te ayuden a mejorar como persona en tus relaciones con el resto y contigo mismo.

Septiembre es sin duda un mes mágico. Para mí, es como una especie de enero. De hecho, me explico, es más Año Nuevo que el propio enero, piénsalo. En enero lo único que empieza de verdad es el año; en septiembre, en cambio, desde que somos pequeños, empezamos el nuevo curso, y a veces, incluso, supone un cambio de colegio, el paso a la universidad, etc. Volvemos de nuestras vacaciones más largas, que son en verano, y que de normal nos ayudan a desconectar de verdad de nuestra rutina.

¿Por qué no tomarnos las uvas el 31 de agosto y despedir el año en la playa/piscina para empezar de verdad el Año Nuevo?

Es el momento perfecto para hacerte pequeños propósitos nada de dietas y gimnasios que te ayuden a mejorar como persona en tus relaciones con el resto y contigo mismo.

Por el momento, mi inspiración viene del libro 1000 Little Things Happy Successful People Do Differently, de Marc and Angel. Aquí dejo un interesante listado de las 10 que yo voy a poner en práctica desde ya, y que tú seguro que, como mínimo, te plantearás.

1. Comienza a pasar tiempo con las personas adecuadas

Esto es algo que cuando estás pasando un mal momento debes tener muy presente. Hay gente que tiene el don especial de hacerte sentir mejor, no te separes de ellos. Son esas personas a las que miras a los ojos y te sientes 100% tú, sin nada que esconder.


2. Comienza a hacer de tu propia felicidad una prioridad

Esto puede sonar egoísta, pero lo cierto es que tienes que pensar en ti, en tus necesidades y en tus prioridades. No es incompatible con cuidar a los que te rodean y, quizás, una vez cubiertas tus necesidades, sea mucho más fácil ayudar a los demás en las suyas.


3. Comienza a percibir el presente y a vivir en él

Amén, amén y amén. Esto es muy de nosotros, de lo mileniales que nos hemos cansado de los patrones y los guiones preestablecidos en los que te obligan a mirar siempre hacia adelante y a pensar en el largo plazo. Está genial planear un futuro y aspirar a que sea el mejor que te pudieras imaginar pero, a veces, tanto pensar en el mañana conlleva olvidarnos de vivir el ahora.


4. Comienza a valorar las lecciones que tus errores te enseñan

Bueno, este, quizás, para mí es el mayor de los retos. Valorarlos en la teoría es bastante fácil, es cuestión de reflexionar y saber dónde has fallado para intentar aprender la lección, pero, ojo, que predicar con el ejemplo es muy difícil. Se aprende mucho más de los errores que de los aciertos, esto es así. Practica lo de equivocarte sin ningún miedo, será señal de que arriesgas, pero aprende la lección que de ello saques en claro y apúntala para no olvidarla.


5. Comienza animando las victorias de los demás

KarmaLifeSyle, pero ojo, lo que des y lo que hagas debe ser sincero. Ya no somos unos niños rabiosos y envidiosos. Llega cierto momento en la vida en que valorar las cosas de los demás, decírselas y apreciarlas con sinceridad proyecta en ti una energía positiva que solo puede volverte de nuevo.


6. Comienza a perdonarte a ti mismo y a los demás

El perdón contigo mismo, aunque suene demasiado religisoso, conlleva conseguir paz interior. Perdonar a los demás es importante, pero lo es mucho más perdonarte a ti mismo. La culpabilidad es el más pesado de los sentimientos, es la mochila con las piedras más gordas del camino. No se puede superar un mal momento del que no te puedes quitar la culpabilidad. Perdónate y aprende.


7. Comienza a estar atento a tu nivel de estrés y toma descansos cortos

Esto me lo dice mi madre constantemente y, de verdad, cuánta razón tiene. "Ve más despacio, respira y haz una pausa". En mi caso, y a sabiendas de que me va a costar cumplirlo, voy a intentar no apurar tanto. El verbo 'apurar' nos lo inventamos los españoles, seguro. Esto de trabajar mejor en los últimos días antes de una entrega, esto de dormir cinco minutos más la siesta y el "ya correré luego"... se acabó. Todos necesitamos tiempo para hacer pequeños descansos de desconexión.


8. Comienza a notar la belleza de los pequeños momentos

Que las grandes cosas que esperas conseguir no escondan las pequeñas cosas de la vida. Es como cuando estás en pleno julio de festival, en el concierto del grupo que tanto te gusta, en tu canción favorita, y entonces corre una brisa de aire que te golpea la cara: estás cantando y saltando, te paras y miras a tus amigas, entonces os sonreís. Mágico momento en el que sientes un escalofrío de felicidad que debes encontrar en el resto de pequeñas cosas. Hay mil cosas que si sales de ti y te paras a verlas desde fuera con consciencia del momento pueden ser únicas y especiales.


9. Comienza a aceptar las cosas cuando son menos que perfectas

La famosa infelicidad de los inconformistas. Encontrar el pequeño defecto en todo lo que tienes hace que algo ya no sea válido, se estropeó... NO, FAIL. Las cosas son como son, hay que aceptarlas tal cual y encontrar lo especial en cada una de ellas.


10. Comienza a concentrarte en las cosas que puedes controlar

La manera de arreglar las cosas es pensar en la solución y no en el problema, y lo que no tenga solución, olvídalo. Concéntrate e invierte tu energía en aquellas cosas que sí puedas cambiar y controlar. Es imposible controlarlo todo, solo encontrarás frustración y ofuscación, así que lo que se escape de tus manos, se escapó.


Y hasta aquí mis pequeños propósitos para septiembre. Si quieres saber más pequeñas cosas que puedes hacer por ti mismo, te invito a visitar su web y a proponerte ese listado de diez pequeños retos.