La veintena, uno de esos momentos de encrucijada en el que nos lo cuestionamos todo: la vida, el trabajo, los estudios, la pareja, las expectativas... pero es que eso es lo que conlleva crecer, madurar y convertirse en adulto... Aceptar poco a poco una serie de responsabilidades e ir modificando paulatinamente nuestra escala de valores, son dos cosas que caracterizan estos años. Con el paso del tiempo nuestras prioridades, nuestra situación, nosotros vamos cambiando, eso es algo inevitable y tenemos que aceptarlo.
1. El pasado es pasado
Tenemos que dejar de lado todos los "y si entonces hubiera hecho..." o "lo que podría haber sido si..." y seguir adelante. Desgraciadamente no podemos volver atrás, así que es mejor no darle vueltas a lo que hicimos o no hicimos, fijarnos nuevas metas e ir a por ellas.
2. No siempre es fácil ser una buena persona
Vamos a tener que luchar muchas veces contra gente que no crea en lo mismo que nosotros. Pero si realmente creemos en ello tenemos que defenderlo, aunque eso signifique ir en contra de la opinión de todas las personas que nos rodean.
3. Cada vez nos va a ir gustando menos gente
Las cosas son así, ni tú vas a gustar a todo el mundo, ni a ti te van a gustar todas las personas con las que te vas a cruzar. De hecho, es muy probable que muchas de aquellas personas que ya estaban en tu vida dejen de gustarte. Pero es normal, tú también estás cambiando.
4. Vamos a juzgar mal a la gente
A veces nos llevaremos gratas sorpresas cuando conozcamos a gente cuya primera impresión no encaje con nosotros. Pero también puede darse la situación contraria, y en este caso puede resultar dolorosa. Así que no nos castiguemos intentando ver lo bueno de alguien, cuando puede que no lo tenga. No merece la pena.
5. Si tenemos la suerte de encontrar a "nuestra persona", probablemente no sea perfecta
Ni nuestra pareja es perfecta y es probable que nuestra relación tampoco. Será difícil en muchos momentos pero, al fin y al cabo, nada ni nadie en esta vida es perfecto. Y tampoco se trata de pensar que alguien lo es, sino que más bien se trata de sentir que son perfectos para nosotros, aunque a veces sean "imperfectamente perfectos"...
6. Nuestro cuerpo va a cambiar
Ya sea porque vamos a tener hijos, porque no tenemos tiempo para hacer todo el deporte que nos gustaría, o porque nos falte dinero para ir al gimnasio. Pero aceptémoslo, no vamos a tener siempre 20 años. Nuestro cuerpo, como nuestra cara, va a cambiar, se supone que debe cambiar, como todo en la vida. Aun así, seguiremos siendo hermosas.
7. Nos daremos de bruces varias veces
Ya sea en una relación, un trabajo, tus expectivas o lo que sea, pero seguramente sucederá. Sin embargo, no debemos dejar que esto nos afecte, debemos reponernos y aprender de nuestros errores.
8. No todo va a ser como lo imaginábamos
Si realmente nos funciona la mente de forma correcta, es imposible que queramos gastar todos nuestros ahorros en cosas como una boda de cuento de hadas, como imaginábamos cuando éramos niñas... De hecho, es muy probable que casarnos ni siquiera entre en nuestros planes. También puede que nuestro trabajo no sea el que una vez imaginamos, o que con veintitantos continuemos siendo becarios, pero esta situación cambiará, aún somos jóvenes.
9. A veces nos cuestionaremos nuestros valores
Puede que nuestros valores no siempre estén alineados con los de la gente que nos rodea. Sin embargo, a pesar de que a veces dudamos de si son los adecuados, seguramente lo sean, y tenemos que mantenernos firmes ante ellos.
10. Con el tiempo nos sentiremos como personas diferentes
Después de tantos años, este sentimiento es irremediable, y seguramente no solo seamos diferentes sino que, además, sabremos mucho más de lo que sabemos ahora. Y es que, al fin y al cabo, eso es lo que tiene la experiencia.
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