Así influye el efecto magdalena de Proust en tus recuerdos

—La literatura inspira el nombre del fenómeno por el cual los recuerdos huelen

Una vez  más, y eso que ya hace 15 años, ese olor a los perfumes de Donna Karan o Jean Paul Gauitlier te recuerdan a tu ex. Las mantas al salir del armario siguen recordándote a la casa de tus padres y sigues relacionando el olor de cloro con tus primeras clases de natación. Si has vivido algo similar, y seguro que sí, es posible que hayas sentido el efecto de la magdalena de Proust

Lo explica recientemente La Mente es Maravillosa en un artículo en el que cuenta cómo la memoria sensorial y sobre todo la olfativa tienen una fuerza particular. Cuando no hay ningún proceso consciente que conecte esa sensación que percibes a través de los sentidos, y sobre todo del olfato, y el recuerdo, entonces estamos ante el efecto de la magdalena de Proust. Es decir, cuando oler o probar algo nos lleva de pronto a un momento muy concreto de nuestra infancia o nuestra juventud. 

Todo viene del libro de Marcel Proust 'Por el camino de Swann', del año 1913, en el que la protagonista de un episodio viaja a recuerdos profundos de su infancia en cuanto se come una magdalena. De ahí que la psicología lo tome prestado para hacer referencia a un fenómeno de la literatura. 

La explicación de este fenómeno, de nuevo según el digital La Mente es Maravillosa, tiene que ver con la estrecha vinculación de las regiones olfatorias del cerebro con el hipocampo, que es la estructura cerebral donde se almacenan los recuerdos a largo plazo. 

Fíate del olor y del recuerdo

Los sentidos ayudan a configurar nuestra memoria; y si bien la vista y el oído son más importantes para almacenar información, el olfato y el gusto pueden ser determinantes a la hora de fijar recuerdos. El sistema límbico, formado por estructuras como el tálamo, el hipotálamo, la amígdala o el cuerpo calloso, es la parte cerebral implicada en este curioso efecto que vincula olfato y memorias. 

El tálamo recibe los estímulos a través de los sentidos y los envía al hipotálamo, que es uno de los principales involucrados en la memoria. El hipocampo, por su parte, crea nuevos recuerdos que se almacenan en la memoria a largo plazo después. Se encarga también de gestionar emociones y del aprendizaje emocional y los recuerdos con impregnación de emociones. 

La relación entre el olfato y los procesos cognitivos es tan importante que se ha llegado incluso a demostrar que el recordar o no ciertos olores puede estar asociado a patologías como la demencia.