Cómo saber si eres una persona ‘blue mind’

La influencia del mar en nuestro bienestar es mucho mayor de lo que creemos

En verano existen dos tipos de persona; las que van a la playa y solo se meten dentro del mar para refrescarse rápidamente, y las que no hay manera de sacarlas del agua. Estar en remojo durante horas y horas sin cansarse, bajo la agradable caricia líquida de las olas.

El mar siempre ha sido un lugar místico cargado de magnetismo. Son innumerables las historias y mitos que se han creado alrededor del mar. Lo cierto es que mirar al horizonte y solo ver azul provoca una sensación de amplitud y vacío que difícilmente se puede imitar. De la misma manera, el sonido de las olas del mar tiene un efecto relajante y nos ayuda a sentirnos mejor.

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De hecho, un análisis publicado por la revista Health Place ha descubierto que, quienes viven cerca de la costa, tienen una mejor salud física y mental que los que viven en el interior.

La relación del agua con las personas viene de la antigüedad, ya desde los tiempos de Hipócrates se usaba el agua como un tonificante vital. En el siglo XVIII se empezó a recomendar la natación en el mar para curar enfermedades, indicando, además que el invierno era el mejor momento para hacerlo. Aunque ahora, visto en perspectiva, puede que el invierno no sea la mejor opción, no vaya a ser que pilles una bronquitis.

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De hecho, en algunos estudios científicos, se llega a hablar de un efecto “sedante” por la capacidad que tiene el mar de transmitir la sensación de paz y felicidad a quien lo observa. Esto lo explica el doctor Wallace J. Nichols en su libro Blue Mind, en el cual expone cómo estar cerca o dentro puede hacer sentir mejor a las personas.

No se trata de ninguna teoría “espiritual”, por así decirlo, sino que el estudio del doctor Nichols se basa en las respuestas neurológicas que experimentan los humanos al conectar con el agua. Un ejemplo que recoge en su trabajo es como ex veteranos del ejército de Estados Unidos han acabado cerca del mar, por ejemplo haciendo surf, como una manera de lidiar con la ansiedad y el estrés postraumático.

Ahora bien, cuando hablamos de una persona blue mind es la que no solo tiene una vinculación muy estrecha con el agua y el mar, sino que es capaz de trasladar a su día a día esa paz y serenidad que provoca mirar el mar mientras escuchas el ronronear de las olas.