Cómo llevar una vida más creativa en el día a día

Solo tienes que optimizar tres procesos cognitivos claves

¿Cómo dices? ¿Que tú no eres una persona creativa? Uno de los principales errores en torno a la creatividad es reducirla al universo artístico. Sí, quienes escriben novelas, componen canciones y pintan óleos necesitan aplicar una buena dosis de creatividad a sus trabajos. Eso nadie lo duda. Pero la realidad es que la creatividad es una condición humana omnipresente. Como dice el experto en educación Anthony D. Fredericks, citan los descubrimientos del reputado psicólogo David Perkins, "la creatividad es el producto de procesos cognitivos ordinarios que todas las personas utilizan en el curso normal de su vida". Y puedes entrenarlos.

Cómo comenzar

Por un lado está el proceso cognitivo conocido como recuerdo dirigido. En palabras del propio Fredericks, el recuerdo dirigido "es la capacidad de canalizar la memoria con el fin de hacer consciente alguna experiencia pasada o conocimiento que cumple con diversas limitaciones". Una habilidad que puedes entrenar de muchas formas diferentes. Por ejemplo, pensando en todos los personajes de Juego de Tronos cuyos nombres comienzan por la letra 'j'. O analizando las similitudes que existen entre dos objetos distintos que conoces, como una manzana y una naranja. Se trata de rebuscar en base a criterios específicos y analizar.

Por otro lado está el proceso cognitivo consistente en notar. Puesto que ya tienes determinadas experiencias en tu mochila, puedes contrastar el estado actual de las cosas con esas experiencias pasadas para notar que está bien y qué está mal. "Imagina que estás desarrollando un plan de marketing para un nuevo producto. ¿Qué elementos de campañas pasadas tuvieron suficiente éxito como para poder volver a utilizarlos en esta operación? ¿Qué nuevos elementos deberán desarrollarse desde cero?", explica este especialista. Un proceso que se esconde detrás de cualquier planificación racional. Tienes que notar para poder crear.

Más procesos útiles

Por último está el proceso cognitivo llamado reconocimiento de contrarios. Según Fredericks, "esta es la capacidad de reconocer objetos, no por lo que son, sino como algo más, en otro importante proceso creativo". Un claro ejemplo de esta habilidad son las nubes. Estrictamente hablando, las nubes son masas compuestas de cristales de hielo o de gotas de agua microscópicas suspendidas en la atmósfera. Y, sin embargo, tú puedes ver en ella figuras tan sorprendentes como una paloma, el increíble Hulk o el pie de tu hermana. Y sin haber tomado ningún tipo de alucinógenos. Es un proceso esencial para poder fantasear.

Estos tres procesos cognitivos son empleados diariamente por lxs científicxs, lxs artistas, lxs arquitectos o lxs inventorxs. Pero, como recuerda Fredericks, "tú también los usas con bastante frecuencia en tu vida cotidiana". Al fin y al cabo, son habilidades humanas básicas. El hecho de ser consciente de su existencia te permitirá ir un pasito más allá cada vez que se pongan en marcha para potenciarlas. Así, poco a poco, irás produciendo ideas cada vez más creativas. "Los procesos creativos no son tan extraordinarios" ni el superpoder de unas cuantas personas. Olvídate de los "yo no soy creativo" y ponte manos a la obra. Es la única manera.