Cómo adaptarte a una vida que no planeaste

La felicidad puede ser posible de maneras que nunca imaginaste

Esta sociedad en la que vives te impulsa a planear una vida perfecta desde muy temprano. Y lo haces: aspiras a una vida en la que cada día vas al trabajo de tus sueños en el que te autorrealizas constantemente, en la que te espera en casa una pareja idílica con quien tienes una relación idílica, en la que estás sanísimx y con un cuerpo full fitness y en la que tu ocio está colmado de nuevas experiencias. Poco a poco, la realidad se va mostrando muy diferente. Algunas de las cosas que siempre quisiste nunca llegan. Algunas de las cosas que nunca quisiste aparecen y se convierten en parte de ti. En un escenario así, tienes dos alternativas: o te hundes en la mierda o te adaptas a tu vida de verdad.

E imaginamos que preferirás lo segundo. Para ello, escribe la psicóloga social Julianna Breines en un artículo para Psychology Today, deberás implementar cuatro estrategias claves, la primera de las cuales consiste en permitirte llorar la pérdida de esa vida idílica que no llegará. El duelo hay que pasarlo. Siempre. No te niegues ese sentimiento de tristeza y de decepción. Experiméntalo. Transítalo. No obstante, y esta es la segunda estrategia, no idealices la vida de los demás. Por un lado, porque no son ideales. Ninguna lo es. Y por otro, porque en ese caso irás por la vida viendo recordatorios de tu pérdida de esa vida ideal. El duelo se hará excesivamente largo. Sempiterno incluso.

En tercer lugar, tendrás que hacer un esfuerzo para saborear las cosas buenas que hay en tu vida. Puede que no sean las que planeaste, pero son las que tienes. En palabras de Breines, “así como es importante darnos permiso para llorar, es igualmente importante darnos permiso para ser felices a pesar de la voz que pueda estar en nuestras cabezas diciendo que eso es inconcebible”. ¿Sigues solterx a una edad en la que querrías estar viviendo con una pareja? Encuentra las delicias de esa circunstancia. Las tiene. ¿Estás en un trabajo que no es tu sueño? Búscale la gracia. O contémplalo como un medio para realizarte en el plano personal. Debes hacer ese ejercicio de optimismo.

Por último, dice esta especialista, debes “reimaginar cómo es una vida plena”. Porque en realidad una vida plena no depende de lo que ocurre en ella, sino de la manera en la que la observas. Si sigues aferradx a la falsa idea de que solo hay una posible vida plena para ti, a aquella que fuiste creando en tus fantasías desde adolescente, serás desgraciadx cada día de tu vida. ¿Recuerdas las cosas buenas que encontraste con la estrategia número tres? Incorpóralas a tu idea de una vida plena. Así irá cambiando y se irá acercando cada vez más a lo que ya tienes. Tal y como explica Breines, “somos más resilientes de lo que pensamos y la felicidad puede ser posible de ma neras que nunca esperábamos”.