Querido realista:
Tú que piensas que eres un optimista con experiencia, y que te cansaste de escuchar que todo va a salir bien cuando la vida te ha enseñado su cara más oscura y perversa, tranquilo, no estoy aquí para soltarte un discurso sobre la felicidad, porque no quiero convencerte de que cambies nada, sino solamente recordarte que incluso la negatividad puede ser positiva a veces, y que el pensamiento positivo no siempre se ha entendido bien.
Comprendo que haya momentos en que quieras quejarte, llorar o simplemente estar serio. Entiendo que estés cansado de que algunas personas hayan confundido la felicidad con la frivolidad,o que prefieran taparse los ojos y sonreír ciegamente que luchar y afrontar la vida con todos sus colores. Está claro que hay vida más allá de la estantería de la autoayuda, y que con pensar que todo saldrá bien no basta ni mucho menos, porque no siempre sale, incluso cuando le pones todas las ganas y toda la ilusión.

En la taquillera película Del Revés se transmite muy bien la importancia de tener todas las emociones de manera integral, porque la tristeza también hace su función y muchas veces la mejor respuesta no es una sonrisa, porque hay momentos para todo.

Todos podemos caer en el error de ser demasiado positivos a veces, pero eso no significa que ser demasiado negativos no sea igual o peor. Creo que en el tema del pensamiento positivo hay diferentes enfoques y opino que es un error poner todos ellos en el mismo saco. Cerrarse en banda impide aprender algo nuevo, y pienso que hay muchas personas que justamente por ese prejuicio no han podido descubrir la cara positiva, valga la redundancia, del pensamiento positivo.
En realidad, el pensamiento positivo remonta sus orígenes muy atrás en la Historia, pero por citarte una influencia cercana, fue Victor Frankl, un psiquiatra que sobrevivió a un campo de concentración nazi, uno de los que empezó a hacer hincapié en el peso que tiene nuestra actitud ante las circunstancias. No se puede decir que él no supiera sobre la dureza de la vida, pues vivió en primera persona las mayores atrocidades imaginables. Pero también es cierto que hay muchas personas que se han quedado con partes sueltas del mensaje, y en algunos casos ha perdido su esencia. Las claves del pensamiento positivo son sutiles, y a veces esos matices son los que diferencian la positividad de la ingenuidad extrema, o la negatividad del sentido común.
Aceptar no implica resignarse
Reconocer los problemas te hace realista, pero serás pesimista si olvidas que las cosas pueden ir mejor y luches por ello mientras aceptas el presente.
Felicidad no es facilidad
No se trata de que la vida no tenga problemas, sino de aprender a vivirla aunque los tenga.
No tener expectativas no significa perder la esperanza
Puede que no consigas triunfar con tu negocio emprendedor, o que él mañana no te llame, y por eso es preferible no crearse expectativas de lo que pasará, pero mantener la esperanza y la ilusión es diferente.
No pidas menos problemas, sino más habilidades
Esta frase del gurú de la motivación Jim Rohn resume muy bien el pensamiento positivo bien entendido: las circunstancias no podemos controlarlas, pero podemos aumentar nuestra capacidad para superarnos. Además, cuando no tenemos problemas nos perdemos la oportunidad de aprender.
Crédito de la Imagen: Erin Bobbit