Cambiar el guion de tu vida es buena idea: 3 jóvenes te cuentan su historia

A veces es complicado lanzarse a dar el paso de cambiar el rumbo de nuestro propio guion pero si hay algo dentro de ti que te dice que lo hagas, deberías aprender a escuchar esa voz

Hiciste una carrera porque “tenías que ir a la universidad” aunque ni siquiera habías tenido el tiempo necesario para decidir lo que de verdad querías hacer. Al cabo de unos años, te ves frente a una pantalla de ordenador, atrapada en un horario de oficina y con una rutina que no te llena. La vida va pasando y tu situación te consume, te agota: no tienes ilusión. Sin embargo, a tu alrededor te encuentras con historias que te hacen creer, personas que tomaron la decisión de cambiar el rumbo de sus vidas de la noche a la mañana, personas valientes que reescribieron el guion de sus vidas. Cuando vuelves a ti, las preguntas te invaden: ¿he tomado mis propias decisiones o me he dejado llevar? ¿Soy yo quien decide o sigo lo que me dice mi entorno? Estas son solo algunas de las preguntas que Magna de San Miguel quiere que te plantees en tu vida y ese es el espíritu que envuelve a Magna de San Miguel quiere que te plantees en tu vida, la cerveza para lxs inconformistas, esas personas que siempre buscan ese algo más.

Y, para saber si eres de lxs que se dejan llevar por la inercia o, por el contrario, de lxs que toman tus propias decisiones, Magna de San Miguel te invita a que comiences a escribir el guion de tu vida: tú eres el guionista, tú eliges quienes son los protagonistas y tú eliges los espacios. Piénsalo, si pudieras hacer esto realidad, ¿crees que tu vida sería la misma que ahora? ¿serías capaz de tomar las elecciones que realmente cambiarán tu forma de vivir? Por si todavía no lo tienes demasiado claro, te contamos la experiencia de tres jóvenes que sí se atrevieron a sentarse frente al guion de su vida y meter un cambio de 180 grados para encontrar nuevos sabores, nuevas texturas, nuevos aromas. 

Escapar de la oficina es posible

Carlos Cátedra es un ejemplo perfecto de las personas que no se conforman con lo que la inercia de las cosas ha traído a su vida. Este ingeniero industrial de Barcelona estuvo diez años dedicándose a lo que había estudiado pero un día se dio cuenta que eso no estaba hecho para él. Quería reescribir el guion de su vida, introducir un cambio verdadero, pero no era una decisión fácil.

"Antes de decidir dejar mi trabajo sentía que no estaba en el lugar donde debía estar. Me encontraba en una oficina a las afueras de la ciudad a la que iba todos los días por la mañana en moto, volvía por la tarde, no veía el sol en ningún momento y tenía la impresión de que el sol salía solamente el fin de semana, entonces me hizo pensar mucho que esa no era la vida que yo quería llevar", explica Carlos que ahora tiene 39 años y se dedica a entrenar personas para mejorar su fuerza y movilidad. Como él cuenta, tomar decisiones que te llevan a algo completamente nuevo no es nada sencillo, pueden atacarte esos mismos miedos que has ido acumulando a lo largo de tu vida. Y uno de esos miedos es la soledad, sentir que te quedarás solo en el proceso. Pero no acaba siendo así, porque finalmente te das cuenta que apostar por cambiar es una de las mejores decisiones que puedes tomar.

Rumbo a Corea

Sara Giró tiene 20 años y hace tan solo unos meses que regresó de Corea del Sur, un lugar en la otra punta del mundo el que jamás hubiera esperado hacer su Erasmus y menos en plena pandemia. Su decisión supuso un giro radical en su vida, algo inesperado que le hizo cambiar como persona, crecer, superarse. “Tuve muchos miedos. Estaría 100% sola y sabía que si me pasaba algo solo contaba conmigo misma porque no tenía a nadie. Además, si me ocurría algo, absolutamente nadie podía entrar en Corea, estaba cerrado por la pandemia. Estar sola era lo que más miedo me daba pero lo pude superar y aprender muchísimo", relata feliz por haberse atrevido a dar el paso y de regreso en Barcelona.

Viviendo en el agua

Justo en el principio de su aventura se encuentra la experta en marketing digital, Mariona Valencia. A sus 27 años está a punto de hacer el cambio radical que necesitaba su historia: mudarse a un barco con su pareja. “Me fui de au pair a Londres y allí me enamoré de él, nos mudamos a vivir cerca de los canales y cuando empezó la cuarentena solo podíamos pasear por esa zona. Cuando veíamos los barcos soñábamos con cómo sería vivir en uno y había uno que nos encantaba pero ni teníamos el dinero ni el barco estaba a la venta”. Fue entonces cuando ocurrió algo inesperado: “en ese mismo tiempo a mi me echaron del trabajo, me pagaron una indemnización, el barco se puso a la venta y me ofrecieron un trabajo en Barcelona. Todo eso ocurrió a la vez. No sabíamos qué hacer, así que decidimos hacer las dos cosas: comprar el barco y que yo fuera a Barcelona a trabajar”.

Y, aunque volvió temporalmente a Barcelona a trabajar, ahora está a punto de volver a Londres con un nuevo trabajo allí y un hogar en el agua. El momento del verdadero cambio ha llegado: “es ahora cuando aparecen algunos miedos. Da miedo el hecho de que todos mis ahorros estén invertidos en un barco. Da mucha impresión pero la verdad es que nunca he sido una persona que se agarra a cosas materiales. Me lo tomo como una aventura, como una experiencia y también como una inversión”, cuenta. 

Decisiones difíciles son buenas decisiones

Como recuerdan las historias de Carlos, Sara y Mariona, cuando tu vida está construida sobre una serie de bases aparentemente inamovibles el cambio puede ser abrumador. Un punto en el que insiste especialmente Carlos quien, quizá tuvo más complicado dar el salto definitivo: “tuve muchísimo miedo durante mucho tiempo. Tenía un buen trabajo estable, en el que sabía que nunca me iban a echar, tenía una buena nómina y de alguna manera era como lanzarme al vacío, lanzarme a algo completamente desconocido, a un mundo del cual no tenía ni idea, a un mundo que es mucho menos estable que trabajar en una empresa y tener tu nómina a final de mes. Además mis padres, cuando les comenté que quería dejar mi trabajo, digamos que emocionalmente no me lo pusieron fácil”.

Superar el miedo y las presiones lleva su tiempo pero cuando miras atrás te das cuenta que merece la pena, al menos eso es lo que afirma Carlos quien no echa de menos su oficina y que disfruta enseñando a otras personas a tener cuerpos más funcionales. "Ahora si miro hacia atrás pienso que he hecho lo correcto, no solo por el hecho de dejar el trabajo y dedicarme a otra cosa diametralmente opuesta sino por el hecho de que personalmente también he cambiado: mi mentalidad y mi actitud es completamente distinta a la que tenía antes”, explica satisfecho. 

Otro tanto ocurre con Mariona que en estos momentos se esfuerza junto a su pareja por convertir el barco en su nuevo hogar. “Si miro hacia atrás pienso que mi vida ha ido a mejor porque, por ejemplo, no soy una persona a la que le guste estar estancada en un sitio durante mucho tiempo y comprarme un barco me ha aportado ese dinamismo que necesito. Es ideal para mi forma de vivir y es todo un aprendizaje también”, relata desde algún lugar de Londres. 

Y para Sara, la estudiante a la que la pandemia no le impidió instalarse en la otra punta del mundo, su decisión fue la correcta y, a la postre, un enorme aprendizaje y la base para una vida adulta que apenas comienza a escribir: “he aprendido que tienes que dejarte llevar por las situaciones y, de alguna forma, abrazar la incertidumbre de la vida. He aprendido a estar conmigo misma, algo que no sabía antes y he aprendido a saber quién soy, que es lo más importante que me llevo de esta experiencia". 

Un gran guion se escribe en cada palabra

Puede que las historias que acabas de leer te parezcan más o menos cercanas a ti, pero a diferencia de esas que nos deslumbran en redes sociales, las historias de Carlos, Sara y Mariona son tan reales como tú. Personas normales y corrientes que vencieron sus miedos, que tomaron elecciones y que, después de todo el proceso, pueden afirmar que valió la pena. Y ese es el espíritu que Magna de San Miguel quiere reivindicar. Por algo se empieza y, al final, la decisión para empezar a cambiarlo es tuya. Así que reúne el valor, busca tu inspiración y atrévete a reescribir el guion de tu vida.