El presente es hoy, el presente es el que debes vivir y disfrutar, ¿no es esto acaso lo que te dices todos los días?
En la antigua guerra de Troya, hubo un conocido guerrero llamado Odiseo, el cual al llegar a unas rocas donde había un paso peligroso en barco advirtió a sus hombres: "en esas rocas se encuentran hermosas mujeres llamadas sirenas, las cuales cantan a los hombres hasta enloquecerlos y hacerlos chocar contra las rocas. Yo no quiero que nos choquemos contra las rocas, pero quiero oír esa canción. Lo que haremos es lo siguiente: pondré cera en cada uno de los oídos de todos los acompañantes que estén conmigo para que de esta forma no sean afectados por la canción y a mí me amarraré al mástil para que se me impida irme; sin importar lo que diga, nunca deben desatarme".
De esta forma, Odiseo hace uso de lo que los psicólogos gustan llamar "mecanismo de compromiso". El mecanismo de compromiso no es más que algo que usas para "atar" tus deseos y así no tomar decisiones apresuradas que podrían arruinar tu vida en el futuro; es una forma de tener disciplina sabiendo que no eres capaz de lograrlo por ti mismo. Lo que trato de explicar aquí, chicos, es muy sencillo: debes tener disciplina en tu vida tomando las decisiones pensando en tu futuro tanto como en tu presente. Consejo milenial: toma decisiones que te harán feliz en el largo término incluso si debes arriesgar el corto periodo de tiempo.
La batalla entre tu futuro y tu presente es esa que se libra cuando quieres entregar un trabajo en la Universidad o dejar morir esa materia para verla de nuevo en el próximo semestre, o la compra de esa computadora que no necesitabas pero que tanto querías. Es aquella batalla que libras todos los días entre levantarte temprano para hacer todos tus deberes y dormir antes de las 10 de la noche o seguir procrastinando hasta que llegue el día antes de la entrega final y no tengas ningún avance. Así como Odiseo hizo atándose al mástil para no irse con las sirenas, debes encontrar un mecanismo de compromiso que te ayude a ser más eficiente con tus tareas y menos flojo al realizarlo. Lamentablemente, la motivación final nunca es suficiente, debes crear una de corto plazo para que tus actos se prolonguen al largo plazo. ¡Vamos!
Créditos de la foto: Théo Gosselin