Ayahuasca, de droga chamánica a moda psicoterapéutica

Cada vez hay más gente consume ayahuasca para conocerse a sí misma o tratar miedos y traumas

El uso de las drogas para tratar problemas psicológicos y emocionales no es nada nuevo: desde las legales, como los antidepresivos, a ilegales como el típico porro que te fumas antes de ir a dormir porque estás agobiadx con el trabajo o por problemas con amigxs o pareja. Pero entre todo el repertorio de estupefacientes, hay una que está triunfando en occidente con la promesa de un viaje de autoconocimiento que soluciona miedos, traumas y cualquier problema que se te pase por la cabeza. Se trata de la ayahuasca o “soga de los espíritus”, en su nombre en quechua.

La bebida de ayahuasca tiene un origen milenario entre las culturas del Amazonas Perú, Venezuela, Colombia, Bolivia o Brasil y la utilizan los chamanes para rituales y ceremonias. En un inicio era común ir a Perú para poder participar en rituales y tener una “revelación” de sí mismos. Pero ahora es fácil encontrar lugares en Barcelona o Madrid donde poder participar en el ritual y experimentar los efectos de la planta, ya que en España no se considera ilegal.

Las personas que la han tomado la describen como un sueño nítido, una especie de viaje casi divino, cuentan reportajes como uno reciente de JotDown, en el que se establece un “diálogo con la planta” en el que se da una revelación, una respuesta a todas las preguntas, pero también hay una parte dura y desagradable, en la que salen a la luz los propios demonios. Nada como encontrarte cara a cara con tus miedos más profundos, aquellos errores de los cuales te avergüenzas, para finalmente superarlos y salir sanado de todo ello. Ah, y todo eso gracias a una droga que no crea adicción. 

Seguramente llegados a este punto te parece interesante la idea de tomar la ayahuasca. Ahora bien, no todo son experiencias extrasensoriales. La toma de ayahuasca va vinculada a una ceremonia que puede rondar entre los 50 y 90 euros, según explica en el Abc el psicólogo Josep Maria Fericgla, autor de “Ayahuasca: la realidad detrás la realidad”. Y normalmente, las ceremonias cuentan con entre 2 y 4 sesiones. Además, la otra cara de la ayahuasca es que la primera reacción que produce su toma son náuseas, vómitos y diarrea. Muy poco onírico esto último. 

La ceremonia requiere de toda una preparación, en la que es necesario dejar de tomar ciertos alimentos días antes de la ingesta de la ayahuasca, cómo puede ser lácteos, cítricos, carnes rojas o alcohol… para después poder tomar la planta. Es necesario hacerlo siempre en compañía del chamán, que guía todo el proceso. Aunque hay testimonios de viajes “exitosos”, en los que se han vivido revelaciones vitales, también hay otras personas que explican no haber sentido casi nada después de dejarse el dinero en la ceremonia.