Asúmelo, No Puedes Cambiar A Tu Pareja Ni A Nadie

Todos intentamos diseñar personas a nuestra medida, pero no por mucho intentarlo se consigue. Al final todo depende de uno mismo y no es nada fácil hacerlo.

Pueden ser las personas más extrañas que hayas conocido, puedes creer que sus pensamientos no tienen ningún sentido, pero debes asumir que eso aquí no importa.

Creemos que tenemos el poder para manipular a nuestro gusto lo que tenemos ante nuestros ojos y diseñar un mundo a medida. El caso es que así no son las cosas, hay batallas que no nos conciernen, o al menos no lo suficiente como para provocar cambios en los demás.

No puede afectarte toda la mierda que quieras cambiar y que no logras entender. Todos hemos pasado por ese momento en el que creemos tener la razón absoluta y el poder de cambiar, pero ha llegado el momento de que dejes de intentarlo. Hay cosas que tú no puedes arreglar.

Una cosa es que tú desees algo, y otra muy distinta es que el resto de la gente también lo necesite, incluso que lo quiera conseguir. Este juego no solo depende de ti.

1. La vida es un cambio constante

Inevitablemente, la gente cambia, pero no por ti y para siempre. Las personas están en constante transformación, una evolución que depende de infinidad de factores y decisiones que se toman a cada instante. Circunstancias que se escapan del poder que tenemos sobre nosotros mismos y sobre los demás.

Lo único que puedes hacer es participar en ese momento y hacerlo lo mejor posible.


2. La gente se ve a sí misma de forma diferente a la tuya

Puedes pensar que nadie conoce al otro como tú lo haces, que sabrías descifrar cada punto de su personalidad, pero lo cierto es que eso no importa. Ellos siempre se verán diferentes a eso que tú dices conocer. Porque por mucho que digas, nunca sabrás todo sobre nadie.

Así que, ¿cómo vas a cambiar algo que no conoces? Es muy difícil adentrarte en los detalles personales que cada uno guarda, por eso a veces el cambio está fuera de nuestro alcance.


3. Sabes que en el fondo lo haces por ti

Todos los cambios que quieres hacer tienen un punto de partida que nace dentro de ti. Somos egoístas por naturaleza y, por mucho que pensemos en nuestra infinita generosidad, hay un pacto con el diablo que nos incita a buscar constantemente nuestro propio beneficio.

Tú quieres que la otra persona sea más extrovertida, pero porque en el fondo sabes que socialmente quedará mejor a tu lado y mejorará tu ego. No pretendas que los demás hagan tus sueños realidad solo porque tú lo necesitas.


4. No todo el mundo quiere cambiar

La mayoría de la gente está contenta con su forma de ver la vida, no necesita girar y cambiar de rumbo porque se gusta tal y como es. Aunque solo sea por pura pereza.

La clave del cambio no está dentro de ti, sino en la fuerza de voluntad de aquellos que así lo quieren. No te metas donde no te llaman.


5. Las prohibiciones no ayudan

Cualquier tipo de orden, consejo o intento de cambio por parte de los demás provoca actitud defensiva en la víctima. Hay gente que no soporta estos ataques de generosidad ajena y se convierte en un escudo que no acepta absolutamente nada.

Si quieres hacer las cosas bien, no empieces opinando sobre los demás, o los cambios no llegarán jamás. La gente se sentirá agredida y ni siquiera se planteará escuchar lo que estás diciendo por mucha razón que creas que tienes.


6. Necesitas una buena razón para cambiar

Nadie cambia su modo de vida o su forma de ser porque sí. Ya hemos mencionado la importancia que tiene uno mismo en la voluntad de hacer las cosas de una forma u otra, y por eso es importante bucear dentro de uno mismo para saber si realmente la persona tiene un verdadero motivo para cambiar.

No puedes pretender que se haga vegano solo porque tú lo creas, o porque está de moda. Lo único que puedes y debes hacer es ayudar a los demás a encontrar esas razones.

De esta forma, superando los obstáculos y siguiendo el cambio natural que nos impone la vida, podremos saber realmente qué cosas queremos o no modificar de nosotros mismos. Si realmente no estás a gusto con lo que tienes a tu lado, díselo, asúmelo o déjalo, pero no vivas pensando que algún día esa persona será exactamente como tú quieres que sea.

 

Crédito de la imagen: favim.com