“O sea, qué ordinariez”. Esa sería la frase más recurrente. La que una pija del siglo XXI repetiría sin parar si, de repente, pudiera viajar en el tiempo y cayera en una ‘casa bien’ de 1902. Porque, claro, el ideal de existencia cómoda, sin preocupaciones y con dinero es común a ambas épocas, pero la manera de vivir… “o sea, pero súper nada que ver, ¿sabes?”.
1. Tía, de compras en carruaje
“O sea, qué súper horror”. Sí, de compras vas, y te fundes las pesetas de tus papis comprando trapitos decimonónicos muy cuquis. Pero claro, no es lo mismo, porque en lugar de ir en un Mini color rosa chicle o en el todoterreno de papi que has cogido sin avisarle, ¡malota!, tienes que ir en carruaje, y eso no es nada in. “¡El 'motor' se hace caquita por el camino, súper fuerte!”.
2. ¿Y la tele?
Claro, ¿dónde vas a ver ahora los programas de moda y tendencias? En las casas del siglo pasado no hay tele, esto es así. Para divertirse van al teatro, que es muchísimo más aburrido que ver los desfiles de la Pasarela de Milán. “Es un súper bluf…”.
3. ¿Y la ducha?
Esa es otra, que podrán tener mucho dinero pero no tienen ducha. Los pijos de hace 100 años se lavan, con suerte, una vez a la semana, y lo hacen trayendo agua caliente en cubos. Encima sólo tienen bañera, así que ya no puedes cantar la última canción de Enrique Iglesias bajo la alcachofa. Espera, espera, que Enrique Iglesias no ha nacido todavía… “¡Súper-jooooo!”.

4. Vale, no hay ducha. ¿Y el pelo?
Chungo, no hay planchas para alisarte tu sedosa melena tratada con queratina. Te ofrecen una peluca enorme que, dentro de lo malo, sí es un poco glam. Huele un poco raro pero, oye, puedes pedirle a papi que te compre 365 pelucas para tener un look para cada día del año y poder cambiar también tu outfit siempre que quieras. “¡Qué cuqui!”.
5. Espera, ¿dónde está el smartphone?
Pues lo mismo da, porque no tienes cobertura. En 1902 todavía no se han inventado los móviles. Tampoco Internet, así que olvídate de redes sociales, Whastapp y demás. Las pijas de principios de siglo se divierten yendo al club de golf o a la casa de la montaña. “O sea, súper out”.
6. Se acabaron los selfies en el espejo
En esta época se llevan más los retratos, y el pintor de confianza de tu familia es súper-lento-tía. Además, si se te ocurre pedirle que te haga una pintura con el culo en pompa a lo Kardashian habla con tu papi para que te meta a monja. ¡Súper cuidadito!
7. Tus amigas tienen novio desde pequeñas
Bueno, eso no ha cambiado. Igual que muchas pijas del siglo XXI, a principios del siglo XX las ‘chicas bien’ suelen salir con los hijos de los amigos de sus papis. La única diferencia es que en el siglo XXI todos son hijos de altos ejecutivos de multinacional y en el pasado lo son de grandes latifundistas o de los dueños industrias de caucho o similar. No es tan in pero también es muy cuqui.
En definitiva, súper mal rollito ser pija hace un siglo. Lo único bueno que tiene es que puedes acostarte con el mozo de las caballerizas y vivir un romance de novela hortera. Pero eso lo sabemos hoy en día, porque ser pijo a principios del siglo XX era, obviamente, lo más de lo más para los pijos de principios del siglo XX. Lo podemos ver en la nueva serie de Comedy Central, Another Period, el viernes 8 de abril a las 22:15 y que está englobada dentro la Noche Americana, para mostrar lo mejor de la Comedia "Made In Usa".

Habla precisamente de las excentricidades aristocráticas de dos hermanas, Lillian y Beatrice Bellacourt, y de cómo sus pobres criados las padecen en el Newport de 1902. “¡O sea, tía, pinta súper chuli!”.