Las estanterías de las librerías nunca habían acogido tantísimas obras de autoayuda como en la actualidad. Las hay de todos los colores. Las hay con todos los enfoques. Pero los libros que ofrecen consejos para llevar una mejor vida no se inventaron en el siglo XXI. De hecho, algunos de los mejores nacieron muchos siglos atrás, como es el caso del Oráculo manual y arte de la prudencia del escritor español del Siglo de Oro Baltasar Gracián. En él, cuenta el especialista en teoría de la comunicación Antonio Fernández en The Conversation, Gracián expone una serie de elecciones que harán que tu paso por el mundo sea más rico y satisfactorio.
La primera de las cuales es el compromiso con el aprendizaje. En palabras del propio Gracián, “tanto es uno cuanto sabe, y el sabio todo lo puede”. A fin de cuentas, cultivarte implica desarrollar armas para defenderte de las personas maliciosas que quieran aprovecharse de ti. Y hablando de personas, la segunda gran elección según este autor es la de rodearte de personas buenas e interesantes. Como escribe Fernández, de la Universidad de Castilla-La Mancha, citando a Gracián, “saber rodearse de quienes nos enriquecen es uno de los atajos para llegar a ser persona”. En cierto sentido, eres las personas con las que te relacionas día a día.
No corras, no tengas prisa
La tercera elección también te dará mucho: no vivir con prisas. Según Fernández, “elegir la lentitud es tomar partido por la profundidad de los pensamientos y los sentires”. Una elección que resultaba útil en el siglo XVII, pero esencial en un siglo XXI marcado por el frenesí y el ansia por lo siguiente. Y no solo debes vivir con tranquilidad, sino también con tolerancia. La discrepancia intelectual está bien e impulsa la sociedad en la que vives, pero andar siempre a la gresca, buscando lo que te separa de los demás, es una pésima actitud que te desconecta de tu lado más humano. Elige la armonía. Elige dejar a lxs demás vivir su vida como quieren.
Y elige vivir la tuya desde la autenticidad. “Hay sujetos que son solo fachada, como casas por acabar, porque faltó el caudal: tienen la entrada de palacio y de choza la habitación”, escribió Gracián hace casi 400 años. No muestres en Instagram una cosa que no eres. No maquilles tu vida. En su lugar, dedica ese preciado tiempo a convertirte en aquello que querrías ser. Es mucho más productivo. Y real. Por último, y como sexta elección, escoge negarte “a la sibilina adulación, a hablar de ti mismo de manera autocomplaciente, a la competición salvaje, a la testarudez llevada a extremos inaguantables y a la queja continua que es estéril”.