Los 4 niveles de la atracción que deberás dominar para seducir a cualquiera

Cuando conocemos a alguien y sin darnos cuenta escalamos rápidamente varios niveles que deberán superarse para que la relación avance

El término "atracción" es bastante preciso. Después de todo, cuando nos gusta alguien sentimos como si una misteriosa fuerza nos atrajera hacia esa persona. Queremos estar cerca. Queremos mirar. Queremos tocar. Queremos escuchar. Ocurre sin más, aunque en muchas ocasiones no tengamos demasiada idea de la razón. ¿Por qué nos atrae esa persona y no la que se encuentra a su lado? ¿O esa otra? ¿O aquella otra? La atracción es compleja. Más de lo que solemos imaginar. Y según la especialista Jen Kim existen al menos cuatro niveles de atracción hasta alcanzar el grado sumo. El pico de la pirámide de la atracción.

Una pirámide con una base compartida por dos niveles. Como explica Kim, experta en relaciones humanas, en el medio especializado Psychology Today, "en la parte inferior de la pirámide están el estatus y la salud". En ese sentido, asegura, "sin estatus o salud no hay atracción". En cuanto a la salud, abarca diversos factores como "la manera en la que nos vemos, la manera en la que nos movemos, la manera en la que olemos o la inteligencia básica". Son aspectos nuestros que transmiten buenas condiciones genéticas y de salud. Es más complicado que nos atraiga alguien que nos parece feo o cuyo olor no nos gusta.

En cuanto al estatus, Kim explica que existen dos variedades diferentes. Por un lado, el estatus interno, que tiene que ver con atributos como la confianza, las habilidades o el sistema de creencias. Por otro lado está el estatus externo, que refiere a cuestiones como el trabajo o las posesiones materiales. La predominancia de uno sobre otro depende de cada persona, pero también de cada contexto histórico. El estatus interno, tal y como apunta Kim, y particularmente la confianza en uno mismo, suele ser más atractivo para la mayoría de personas que el estatus externo, "tanto a corto como a largo plazo".

Sobre esos dos niveles de atracción, los referentes a la salud y al estatus, se edifica el siguiente: el nivel de la atracción emocional. Es donde nace el verdadero sentimiento de unión y depende, según Kim, de al menos cuatro aspectos. El primero de ellos es la confianza y la comodidad. Sentirte a gusto. El segundo de ellos es la inteligencia emocional. La escucha, el entendimiento y la buena gestión de las emociones. El tercero de ellos es la singularidad. La sensación de que formáis algo diferente y único. El cuarto de ellos es la incertidumbre. En palabras de la experta, "es aburrido ver todas las cartas desde el primer día".

Una vez superados estos tres niveles entramos en el cuarto y último nivel: el de la lógica, la punta de la pirámide de la atracción propuesta por Jen Kim. La especialista apunta a que la lógica muestra "cómo usamos nuestra mente para desarrollar", además de permitirnos "garantizar que esa otra persona esté alineada con nosotros" en cuestiones de futuro como la ciudad donde vivir, el matrimonio o los hijos. Eso sí, y para quien usa Tinder y otras apps de ligue, Kim recuerda que la pirámide se invierte. "A diferencia de los otros dos niveles, la salud y el estatus solo pueden validarse en persona".