4 expresiones corporales que te ayudan a parecer más simpático

No son mágicas. Son importantes a la hora de reforzar actitudes reales

Hay mucho vendehumo ahí fuera que quiere sacarte los cuartos haciéndote creer que unos cuantos trucos de lenguaje corporal te harán conquistar a quien tú quieras. O conseguir cualquier empleo. O caerle bien a toda la peña. Y evidentemente es mentira. La vida es mucho más complicada que eso. No obstante, algunas expresiones corporales pueden ayudarte a subrayar tus intenciones. A reforzar actitudes reales. A transmitir tu buena vibra. Y existen cuatro particularmente efectivas, según cuenta el experto en comunicación Don Weber.

La primera de ellas, escribe en un artículo para el medio estadounidense Entrepreneur, consiste en ladear la cabeza. Un gesto muy sencillo que genera inconscientemente simpatía en las otras personas. ¿El motivo? “Una inclinación de cabeza expone tu cuello, y por lo tanto, tu vena yugular”, lo que “te pone en una posición vulnerable que se convierte en una señal subconsciente de respeto y confianza”. La gente siente que estás cómodx con ellxs. Además, el ladeo también proyecta atención. Y esta es muy importante para quienes te hablan.

El movimiento y la postura

En la misma línea está el permanecer de pie con las piernas cruzadas. Como explica Weber, “si te sientes inquieto o inestable, es probable que fijes los pies con firmeza para mantener el equilibrio, una forma en que tu cuerpo se protege a sí mismo inconscientemente”. Piensa en una situación tensa. En un lugar muy elevado o ante personas muy agresivas. Te plantas. Y en este sentido, solo en una situación en la que estés relajadx y contento podrás cruzar las piernas, ya que te hace más vulnerable a la caída. Las demás personas lo perciben.

Como también perciben la dirección de tus pies. Casi siempre de una manera no consciente. En palabras de Weber, “a menudo la dirección en la que apuntan los pies de una persona indica dónde está enfocada su mente”. Si apuntan hacia la persona con la que hablas, sentirá que estás a gusto con la conversación y que tienes interés en ella. Si apuntan hacia otro lugar, y le hablas o escuchas desde una posición semilateral o lateral, le harás entender que preferirías terminar la conversación pronto. Y lógicamente no les caerás tan bien.

Por último, está la expresión corporal amigable por excelencia: la sonrisa. Esta tiene la capacidad de liberar neurotransmisores dentro de tu organismo que disminuyen la ansiedad y aumentan el bienestar, lo que influye positivamente en tu interacción con las otras personas. Parte del carisma depende precisamente de la tranquilidad, autoconfianza y alegría que proyectas. Y el carisma es la base de la atracción, sea de la naturaleza que sea. Como recuerda este especialista en comunicación, “nunca subestimes el poder de una sonrisa”.