Noviembre es el típico mes que no gusta, que está ahí solo para joder. Es cuando empieza el frío de verdad, cuando empiezas y acabas tu rutina diaria de noche; en fin, 30 días en los que no haces otra cosa que tachar fechas con desesperación esperando que llegue diciembre y, con él, las vacaciones de Navidad. Pero desde 196o, en Japón también es el Mes Mundial de la Calidad.
En otros países como Canadá o Estados Unidos se celebra en octubre, y en China en septiembre, pero a fin de cuentas la idea es la misma: animar a las empresas, gobiernos y al mundo académico a centrarse en la importancia estratégica de la mejora continua de calidad, así como promover el uso de herramientas de calidad en empresas y comunidades.
Para nosotros es el momento perfecto de analizar cómo podemos hacer mejor nuestro trabajo, porque siempre hay margen para mejorar. ¿Qué podemos hacer para dar siempre el máximo?
1. Planifica
Dedica unos minutos por la mañana a organizar el día y distribuye las horas de trabajo. Te dará una sensación de orden, control y visión clara de los temas pendientes que te ayudará a estar más relajado.
Por ejemplo, fíjate máximo dos tareas clave al día y ponte la hora a la que crees que podrás tenerlas listas. A veces la sensación de tener mucho que hacer es algo arrolladora y puede agobiarte, lo que acaba provocando que no termines las cosas como habías previsto inicialmente.
2. Utiliza herramientas
Si lo piensas, hoy en día está todo inventado, por lo que seguro que puedes encontrar herramientas que te ayuden a realizar ciertas tareas de manera más organizada y automatizada. Las herramientas mejoran mucho la productividad, ya que reducen los tiempos para realizar cierto tipo de trabajos y, en la mayoría de los casos, además, ayudan a mejorar la calidad.
Existen, a su vez, herramientas de organización y gestión de determinado tipo de trabajos como por ejemplo Asana o Asana; ambas muy sencillas de utilizar, y que te permiten crear pequeñas listas de"check" o "to do" para replicar procesos con sistemas de aviso y alertas conectadas con tu correo.
3. Pequeñas ideas, grandes cambios
Ponte pequeños retos de mejora de microtareas de tu día a día e intenta ir abarcándolos de uno en uno por muy pequeños que sean. Nadie mejor que tú conoce tu trabajo y cómo hacerlo con mayor calidad, así que adelante, no te conformes.
Pequeños cambios podrían ser, por ejemplo, sustituir programas de trabajo instalados en el ordenador por programas de trabajo online en los que varias personas puedan trabajar en el mismo documento, utilizando plantillas de trabajo para entrega de documentos.
4. Traza estrategias de Negocio: Six SIGMA
Utiliza estrategias de negocios tales como Six Sigma para mejorar la calidad y la productividad. Fue puesto en marcha en Motorola en el año 1988 por el ingeniero Bill Smith, como una estrategia de negocios y mejora de la calidad, pero posteriormente fue mejorado y popularizado por General Electric. Six Sigma es una metodología de mejora de procesos, basada en reducir o eliminar los defectos o fallos en la entrega de un producto o servicio al cliente.
El proceso de Six Sigma se caracteriza por 5 etapas concretas: define, mide, analiza, optimiza y controla.
5. Actitud
Sin duda, la actitud con la que te enfrentas a los problemas y a las personas en el trabajo es la clave para que la solución esté más cerca. Tienes dos opciones: cabrearte y ofuscarte, que no te llevará más que a alargar el tiempo del problema, o respirar hondo y pensar la manera de solucionar las cosas; la segunda opción dirá mucho de ti.
6. Formación e información
Tener la inquietud por aprender más cosas y mantenerte informado sobre todo aquello que rodea el mundo en el que trabajas te dará la oportunidad de estar en constante mejora y tener una visión crítica y global de tu trabajo.