
La última ‘joya de la corona’ que nos ha llegado bajo el cuño de los hijos de la Gran Bretaña es el libro Xenophobe´s Guide to the Spanish literalmente La Guia Xenófoba a los españoles, un compendio de topicazos firmado por Drew Launay y Nick Lawson y que forma parte de una serie que ya ha repartido su amor hater a más de 30 nacionalidades. En poco menos de 100 páginas, sus autores se descojonan señalando lo cutres que podemos llegar a ser aunque, eso sí, no faltan las exageraciones, clichés, estereotipos rancios y mitos en cada párrafo de la obra.
En Código Nuevo hemos seleccionado los fragmentos que te dejarán ojiplático. Lo peor es que, por desgracia, en algunas aciertan de pleno:
La economía española gira en torno la siesta
“Se puede confiar en que las tiendas abrirán entre las 10 de la mañana y las 2 de la tarde, y luego de 5 a 9 o medianoche dependiendo de la ciudad, pueblo o de la vida amorosa del dueño del establecimiento. Los centros comerciales abren todo el día, habiendo creado sus directivos un increíble sistema de turnos para las siestas de su personal”.
La paella fue un regalo de Dios a nuestra incompetencia
“Su incapacidad para ser puntuales ha convertido a la paella en el plato nacional. Es un regalo de Dios a España , ya que los ingredientes pueden ser preparados con tiempo, a la espera de la llegada de los clientes. Entonces se cocina durante veinte minutos, mientras se sirve el gazpacho. La mezcla de pollo frito, pescado cocido, calamar, gambas, tomates, guisantes, pimiento rojo, pimiento verde, azafrán, arroz y cordones viejos garantiza que nadie sabe exactamente cómo debe saber una paella, así que no importa que esté demasiado hecha o poco hecha, nadie se quejará”.
La sangría es un cóctel mortal reservado a los turistas
“La cerveza lager es la gran favorita, seguida del vino rojo o negro y los cubatas, que son mezclas como gin & tonic o ron con cola. El sherry vino de Jerez es bebido menos de lo que se esperaría de un país exportador, y la sangría, reservada para los turistas, está a menudo preparada con los restos de los vasos medio llenos que no se bebieron la noche anterior.”
La corrupción es culpa de Franco y las autonomías
"Durante el gobierno de Franco, el poder estaba centralizado en Madrid, pero tras su muerte gran parte del poder fue entregado a 17 gobiernos regionales de nueva creación. Estas capas extras de gobierno crearon empleo para hordas de burócratas y nuevas oportunidades para que los políticos viviesen a expensas de los impuestos del contribuyente, al mismo tiempo que aceptaban sobornos, daban trabajo a sus familiares y amigos o construían elefantes blancos como el aeropuerto de Ciudad Real o el de Castellón de la Plana, donde muy pocos aviones han aterrizado hasta el momento”.
Nos molan los trapicheos y pasamos de la política
“Retrasos de todo tipo son inevitables dentro del sistema legal español, así que el mejor abogado no es el más astuto, sino el que tiene un primo que es el empleado que prepara las audiencias en el tribunal y que sabe en qué cafetería se reúnen este y sus colegas”. “Existe un clamor por el cambio, pero la acción para que este se produzca se retrasa siempre para mañana … Cualquier persona que intente entender el español debe reconocer en primer lugar el hecho de que no consideran nada importante excepto el disfrute total. Si no es agradable, será ignorado”.

Follamos mucho y nuestros hijos juegan con condones
“En España la lujuria está siempre en el aire. No hay nada sobre la apreciación española del sexo que esté inhibida o restringida. Se acepta que tanto a hombres como mujeres les encanta hacer el amor, razón por la cual hay muy pocos crímenes sexuales en el país”. “La estantería de una familia media es más o menos como la de cual otro país, con la excepción de que los condones no se esconden. Que los niños los usen como globos es considerado algo natural y divertido”.
Reservamos nuestra violencia al maltrato animal
“Las peleas de bares son raras en España, dado que muy pocos españoles consideran la violencia algo divertido. Excepto, por supuesto, cuando esta es infligida a los toros”.
Nos pasamos por el forro las reglas de tráfico
“Los españoles se ponen al volante con el mismo entusiasmo que un niño de seis años. Los más vulnerables en las carretera españolas son los turistas del norte europeo, bien disciplinados y con mentes ordenadas que encuentran difícil de creer que alguien desobedezca tan descaradamente las reglas de circulación, por ignorancia o falta de interés, y asumen que la gente parará en un semáforo en rojo o que girarán a la izquierda cuando hayan señalizado su intención de hacerlo. Una luz roja para un conductor español es como un capote para un toro”.