Jugarse la vida saltando entre los vagones de metro: ¿La última moda entre los jóvenes en Madrid?

Podía parecer un hecho puntual, la locura de un joven irresponsable que decidió repentinamente jugarse la vida viajando entre vagón y vagón del metro de Madrid. Una temeridad que se saldó el domingo con un aparatoso accidente que le ha costado las do

Podía parecer un hecho puntual, la locura de un joven irresponsable que decidió repentinamente jugarse la vida viajando entre vagón y vagón del metro de Madrid. Una temeridad que se saldó el domingo con un aparatoso accidente que le ha costado las dos piernas. Pero este no ha sido un hecho aislado: el mismo día, y apenas una hora después, otros dos chicos fueron sorprendidos repitiendo la escena, de nuevo en la línea 1, la más antigua de la capital y la que cuenta todavía con los vagones más veteranos. Otro viajero captó la escena en la estación de Portazgo. ¿Se trata, entonces, del último juego de moda?

La práctica viene de atrás. A lo largo de las últimas décadas, han sido varios los adolescentes que han puesto su vida en peligro queriendo experimentar la sensación de circular encaramados a los asideros exteriores de los vagones, colocándose en las zonas de enganche y siempre eligiendo las líneas más antiguas, las que cuentan todavía con coches separados entre sí por espacios vacíos y no con convoyes conectados. Según recoge Europa Press, el primer accidente de estas características sucedió en 1992, cuando un niño de 11 años perdió media pierna y el bazo entre las estaciones de Cuatro Caminos y Quevedo, en la línea 2.

Dos años más tarde, un joven de 25 años murió al ser aplastado por un vagón cuando saltaba de un compartimento a otro y, en 1996, la pierna de otro adolescente tuvo que se amputada por las mismas causas. Y más: en 2001, otro chico resultó gravemente herido mientras saltaba de coche en coche y, en 2013, un joven murió al caer al suelo en la estación de Iglesia.

Según recoge también Europa Press, el consejero delegado de Metro de Madrid, Borja Carabante, ha recordado que las normas "impiden viajar entre acoples" y ha señalado que el accidente sucedido el domingo es "un ejemplo de ello". ¿Cumplirá el suceso con su cometido disuasorio?