"¿Ya? ¿Ya es la hora?" Cuántas mañanas habremos pensado eso al sonar el odioso despertado. Que aunque te pongas tu canción favorita en sustitución del clásico y horrible ‘pipipipi-pipipipi’, da igual. El mal del despertar ya está hecho. De hecho, acabas odiando profundamente cualquier música. Pero tengo una buena noticia que hará que cada día esperes ansiosa -sí, lo sentimos, esto es solo para mujeres- el momento de despertarte: ¿qué tal iniciar cada mañana con un estupendo orgasmo? Pero sin necesidad de tener a nadie al lado ni recurrir a las manualidades en ayunas, nada de eso. Pues deseo concedido, acaban de inventar el vibrador-despertador.
Sí, así como lo lees. Little Rooster Pequeño Gallo, en español funciona programándolo a la hora que quieras y colocándolo debajo de la ropa interior para que, con suavidad y cariño, un dulce orgasmo te roce cada mañana. No pita. No atrona. No hay ruidos que entorpezcan ese momento. Solo empieza a palpitar suavemente, despacito primero para terminar convirtiéndose en un auténtico vibrador.
Es probable que al leer la descripción la primera que se te pase por la cabeza sea, ¿es incómodo? Según cuentan sus desarrolladores británicos, en absoluto. Es un pequeño aparato que prácticamente ni se nota debajo de la ropa. La parte ancha que le da soporte se apoya en la pelvis, y la parte estrecha se encaja entre las piernas. Tiene 27 niveles de potencia que van creciendo progresivamente y diferentes modos de vibración para que no te aburras.
Aunque El Little Rooster de momento está agotado y no volverá a estar disponible en octubre, la marca permite reservar la alarma desde su web por 69 libras más o menos 81€. Barato no es pero, ¿cuánto vale desterrar el odio a madrugar?
Eso sí, ahora el peligro está en los ‘cinco minutitos más’. Porque con este despertador ya no sólo retrasarás la alarma. Lo mismo no llegas a la oficina y te quedas empalmando uno detrás de otro. Suerte que tienes. Y ahora, un alegato masculino a los técnicos de Little Rooster, ¿cuándo, oh gurús del buen humor mañanero, vais a poneros a pensar en nuestros despertares?