Doce años después de haber puesto la primera piedra para convertirse en una de las personas más importantes de la historia contemporánea, Mark Zuckerberg ha vuelto a pisar los pasillos y las aulas de la Universidad de Harvard. Y lo ha hecho para recoger su título de doctor honoris causa de las manos de los profesores que jamás pudieron felicitarle por haberse graduado 'cuando le tocaba', porque el creador de Facebook abandonó sus estudios poco después de lanzar al mundo su red social. "Mamá, siempre te dije que volvería a por mi diploma", publicaba en su perfil, momentos antes de pronunciar un emotivo e inspirador discurso ante cientos de nuevos titulados.
"Estoy honrado de estar aquí, porque ustedes lograron algo que yo nunca pude". Así arrancó Zuckerberg su charla, ante la atenta mirada de los nuevos profesionales de Harvard. Y ese ánimo inspirador quedó plasmado en cada una de sus frases. El fundador de Facebook apostó por que todos encontrasen un propósito en el que concentrar sus esfuerzos. "Un objetivo es ese sentimiento de que eres parte de algo más grande que tú, de que eres necesario, de que hay algo mejor por lo que trabajar", explicaba, mientras repasaba los momentos más duros de su meteórica carrera.
"Tal vez estén pensando que no saben cómo involucrar a un millón de personas en nada. Bueno, déjenme contarles un secreto: nadie sabe nada cuando empieza. Las ideas no salen formadas. Solo hay que empezar". A ningún asistente parecía importarle estar mojándose por la lluvia fina que caía sobre el campus; todos, embelesados, bebían las palabras del nuevo doctor, que también reservó en su discurso un hueco a la emoción.
Porque uno de los asépticos dormitorios del edificio fue el escenario de una revolución mundial. Zuckerberg recordó aquella habitación, que días antes había vuelto a visitar, y dedicó también palabras de cariño a su mujer, también ex-alumna de la universidad y sentada entre el público. "Eres lo mejor que me ha pasado entre estas paredes".
Los analistas calculan que la fortuna de Zuckerberg supera con creces los 62 millones de dólares. Es la quinta persona más rica del mundo, aunque todavía no ha cumplido los 34. Y, tal vez por eso, él es quien mejor puede hablar a otros jóvenes. "Buscad un propósito, no una carrera", concluía. Un mensaje al mundo de alguien que sabe bien cómo cambiarlo.