Las cuatro formas en las que te definen tus tatuajes

Identidad. Pertenencia. Reminiscencia. Y aspiración.

¿Qué dicen los tatuajes de quienes los lucen? Es la pregunta que se hicieron recientemente lxs investigadores Francois Naude y Luzelle Naude, y para responderla reunieron a un grupo de voluntarixs de entre 20 y 27 años y con entre uno y nueve tatuajes y los entrevistaron en detalle acerca de la historia y la motivación escondida detrás de esos (casi) eternos dibujitos de tinta. La primera conclusión, tal como cuenta en una publicación para Psychology Today la psicóloga Vinita Mehta, es que “la mayoría de los participantes sintieron que su tatuaje representaba su identidad y era extremadamente personal”. Reflejaban sus relatos vitales. O sus gustos. O sus autopercepciones.

Pero no es la única manera en la que los tatuajes definen a sus portadores. Además, apunta Mehta, todos los participantes acabaron hablando de sus seres queridos en algún punto, lo que demuestra que “los tatuajes simbolizan la pertenencia y la conexión con familias más amplias de la sociedad”. Porque los tatuajes no siempre refieren a tus padres o al amor de tu vida. También a otras personas con las que te sientes unidx y afiliadx por tu propia historia personal. Como un tatuaje andaluz. O un tatuaje que recuerda la lucha contra el cáncer. O uno que simboliza la superación de la depresión. Es una marca tribal distintiva. No muy diferente a las que vemos en tribus indígenas.

Aunque algunos tatuajes son más parecidos a reminiscencias permanentes. Actúan como motor del recuerdo. Generalmente de eventos que marcan para siempre. Como ese viaje postruptura en el que entendiste que no podías seguir permitiendo que te trataran mal. O el nacimiento de tu sobrino. O el día que tu madre abandonó este mundo. Son acontecimientos que no se olvidan, pero llevarlos en la piel dice mucho más y los mantiene aún más vivos. Y es importante recordar. Lo bueno y lo malo. Especialmente cuando ocurren mientras eres muy joven y tienes toda una vida por delante. De esa manera tendrás una manera de volver a aquellos sentimientos apagados.

Por último, parece ser que mucha gente se tatúa símbolos que le inspiran. En este sentido, no son tanto muestras de identidad como muestras de aspiración. Quizás has sido siempre una persona muy nerviosa y ansiosa y tatuarte un Buda, un perezoso o un mar en calma te ayuda a no olvidar hacia dónde quieres dirigirte. Quizás fuiste siempre muy tímida y tatuarte un león o uno de los bosses de Elden Ring te motive a tomar más riesgos y ser un poco más valiente. Es una guía. Una lucecita gracias a la cual puedes encontrar el camino que deseas en la oscuridad. En esos momentos en los que tu yo más instintivo parece fluir sin nada que lo frene. Tus tatuajes te anclan a tus anhelos.