Comenzó como una tendencia minoritaria, practicada por unos pocos. Sus peligros son incontables: enfermedades de transmisión sexual, consumo de drogas... Pero, aún así, las investigaciones comenzaban a detectar un severo repunte en España. Las 'Chemsex', las 'fiestas' que combinan sexo sin protección y estupefacientes, empiezan poco a poco a dejar de ser una anécdota para convertirse en una práctica extendida entre los homosexuales españoles. De hecho, 'Chemsex' revela que el 37% de los homosexuales con VIH han participado en alguna ocasión en uno de estos 'juegos'. Por eso, las autoridades sanitarias se han puesto en marcha: según recoge 'Chemsex', dos centros hospitalarios catalanes han creado dos líneas exclusivas para afrontar este peligroso fenómeno.

Son el Clínic de Barcelona y el hospital Vall d'Hebron. El primero ha comenzado a proponer encuestas a los pacientes sobre los que se tenga sospecha de estar participando en sesiones de 'Chemsex' y el segundo estudia configurar un programa para atender, de forma integral, a los que también admitan practicarlo. Porque las cifras hablan por sí solas: el mismo informe que determinó que ese 37% de 'chemsexsers' padecía VIH, constató que más del 60% de los perfiles estudiados presentaba alguna ETS —como sífilis, gonorrea o Hepatitis B o C—, y que al menos el 30% había prescindido del preservativo en más de la mitad de sus encuentros sexuales.
Y, ¿cuál es el perfil? ¿Tal vez hombres jóvenes, movidos por el ánimo por experimentar? En absoluto: suelen ser gais de, aproximadamente, 39 años, españoles, con estudios superiores e ingresos por encima de los 1.000 euros mensuales. Un hombre, en definitiva, perfectamente integrado en la sociedad y con mucha información y un alto conocimiento de los peligros a los que se expone practicando determinadas actividades sexuales.

Por eso, los sanitarios han dado un paso adelante, aunque también son conscientes de que la prevención es un trabajo transversal que deberá implicar también a psicólogos y psiquiatras, profesionales que podrían abordar el asunto desde un punto de vista más allá del meramente clínico. Y es complicado; todavía hoy las 'Chemsex' presentan muchas aristas inexploradas y su conocimiento e incidencia continúa siendo, en gran medida, un misterio. Pero, como siempre, la oscuridad se combate con la información.