Dos Historias Que Demuestran Que Se Puede Ser Feliz Sin Dinero

¿Se puede vivir sin dinero? ¿Es realmente el dinero la única moneda de cambio para conseguir la felicidad?

¿Nunca te ha pasado que consumes el 90% de tu sueldo en los 20 primeros días y que el resto del mes vives con el 10% restante? Y entonces, piensas que quizás podrías tener menos y ser igual de feliz.

Nos enseñan que la libertad consiste en poder elegir, y de alguna manera extraña todos elegimos vivir igual. Tanto tienes, tanto vales. Te despiertas una mañana pensando que por fin lo has conseguido, te relajas y dejas la vida pasar por delante de tus ojos, esclavo de una rutina que consiste en vivir de manera automática durante cinco días para disfrutar los dos siguientes.

Quizás algunas personas especiales se dieron cuenta de esto y se tomaron la libertad de escoger otra vida y reinventar la economía:

Raphael Fellmer, la economía del don

A finales de 2009, inició un viaje a Latinoamérica, la que fue la oportunidad de demostrarse a sí mismo que se podía vivir sin dinero. En su plan había un punto de partida, La Haya, y una meta, México. Entre ambos lugares, más de 25.000 kilómetros de ruta improvisada en los que cambió el verbo "tener" por el verbo "compartir", y descubrió que llenaba mucho más. Fueron once meses de travesía a la que Raphael y su familia se lanzaron con solo un poco de ropa, sus mochilas solares, su jabón concentrado, un filtrador de agua y unos cuadernos. Sin dinero. Aquella experiencia les cambió para siempre.

Raphael vive con su mujer y sus dos hijos en casas que les ceden o en las que son acogidos. Se alimenta con una dieta vegana gracias a la comida desechada que recuperan semanalmente en distintos establecimientos de la ciudad. Vive sin seguro médico, no usa móvil, viste ropa reciclada y procura moverse siempre en transportes limpios como la bicicleta.

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La intención de Raphael no es que todos vivan como él, sino que la gente piense y entienda que igual no necesita tener cada vez más dinero para ser cada vez más feliz. Añade que "no es necesario comprar cada año ropa si podemos usar la que ya tenemos. No necesitamos comprar libros nuevos porque tenemos bibliotecas. Tenemos que aprender a conformarnos con menos. Porque menos es más. Más tiempo. Más libertad".

Ahora, tiene un nuevo proyecto. EOTOPÍA, un eco-pueblo comprometido con la economía del don: todo lo que usamos y consumimos es o fue un don en algún punto de su creación; la naturaleza nos lo ha dado sin contar y sin esperar nada a cambio.


Heidemarie Schwermer, La Economía Compartida

Profesora alemana de 71 años cuya forma de subsistencia consiste en el trueque de servicios por bienes. Según Schwermer, "alejarse del dinero, de lo superfluo, permite llevar un modo de vida más sano y feliz". Y, sin duda, mi frase favorita: "no necesito vacaciones. Ese es uno de los errores de nuestra sociedad, que separa ocio y trabajo, porque la mayoría hace algo que no le gusta solo por ganar dinero y gastarlo en cosas que no necesita. Y qué verdad más auténtica...

Heidemarie decidió vivir sin dinero en el 96 y diecisiete años después su experimento se ha convertido en una filosofía de vida: da y toma. A sus 53 años de vida, desencantada con el sistema educativo, decidió probar por un año, a modo de experimento. Vendió su casa, canceló la cuentas del banco, repartió el dinero entre sus hijos, regaló muebles a vecinos y amigos, hizo donaciones a los más necesitados... Pasó de una vida muy acomodada a vivir sin un techo obligada a llamar a las puertas de amigos y conocidos para comer y dormir y siempre dispuesta a ofrecer servicios como cocinar, regar plantas, recoger a los niños, pasear a los animales... a cambio de la generosidad ajena.

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Al principio, tal y como reconoce, fue muy duro, pero esa filosofía de vida de "dar y tomar" de repente cobró sentido y se convirtió en una moneda muy valiosa. El mundo tal y como existe es un mundo egoísta que se mira el ombligo, sin embargo, detrás del ombligo todos tenemos mucho que ofrecer. ¿Y si su economía compartida fuera la respuesta a un mundo mucho menos material? ¿Y si esa manera de compartir nos hiciera sentir a todos mucho mejor?

Crédito de las imágenes: imagenesgratis.eu, imagenesgratis.eu, y imagenesgratis.eu,