Quizás no conozcas su nombre, pero Fidji Simo ocupa el número 21 de la lista de “40 under 40” de Fortune. Dicho de otro modo, se ha convertido en una de las personas menores de 40 años con más éxito en el mundo de los negocios. Pero, si eso no te sorprende, déjame decirte que Fidji es una mujer, casi recién llegada a la treintena y que lleva desde los 25 años trabajando para dos de las empresas más importantes del mundo: Facebook y eBay. Se trata de una de las pocas mujeres que ha conseguido llegar a Silicon Valley y comerse con patatas el todavía alarmante bajo número de mujeres en plantilla de grandes empresas tecnológicas, por no mencionar las que ocupan cargos directivos. Fidji puede fardar hoy de presentarse a sí misma como la flamante directora de Facebook Live.

Según ella, las claves fueron algo de mano dura durante su infancia y un gran espíritu empresarial. Desde niña tuvo una influencia parental muy boss. Decía que, a veces, sus padres actuaban como si fueran sus jefes y le enseñaron a luchar para conseguir las oportunidades que quería. Pero su paso por la prestigiosa escuela HEC París tampoco le vino mal para prepararse. Con solo 18 años encontró su meta en la vida. Según confesaba en una entrevista su sueño era vivir en EEUU, país del que se enamoró en un programa de intercambio y que, a la postre, terminaría convirtiendo en su hogar.
Pero volvamos a su meteórica carrera y el día en que consiguió entrar en eBay Francia para realizar prácticas laborales mientras estudiaba la carrera de gestión de empresas. Antes de terminar, decidió presentar su candidatura a una vacante para un puesto en la sede de eBay en San José, California. En España estamos acostumbrados a lidiar con prácticas profesionales que tienen una clara fecha de caducidad, o que a lo máximo que te permiten aspirar es a renovar tu estancia como becario durante un tiempo. Así que resulta lógico que nos sorprendamos con la “suerte” de encontrar una oportunidad como esta en la empresa para la que haces prácticas, aunque el hecho de que la empresa sea eBay también debe facilitar las cosas.
En cualquier caso, dicho y hecho; Fidji se presentó, enseñó el trabajo que había estado haciendo para la empresa durante sus prácticas y consiguió el puesto. Tras cuatro años trabajando para eBay volvió a sacar valor para presentarse a un puesto en la empresa con la que siempre había soñado trabajar: Facebook. Y sí, hablo de valor porque hacen falta agallas para presentarse a cargos como estos, no todos tenemos tanta seguridad en nosotros mismos como para sentirnos capaces de asumir esa responsabilidad y de adquirir retos tan comprometidos.

Pero, ¿cómo se consigue un puesto en Facebook? Y sobre todo, ¿cómo lo consigue una mujer? A algunos os parecerá una pregunta absurda, pero lo cierto es que Facebook declaró que el 69% de su fuerza de trabajo son hombres y no es un secreto que en Silicon Valley solo un 11% de los puestos de responsabilidad están ocupados por mujeres. No tenemos la fórmula mágica para cambiar esto, de momento, pero lo que sí sabemos es la experiencia que llevó a Fidji a estar entre una de esas mujeres. Es innegable que su previo recorrido profesional por eBay estuvo a su favor, pero hay algo más que Fidji hizo para ganarse el puesto.
Lo cierto es que los primeros pasos fueron de lo más sencillo; envió su currículum a través de una oferta en la página de recruitment de Facebook. La vacante era para ocupar un puesto en marketing, lo cual, según ella misma reconoció en una entrevista, no era su fuerte. Así que Fidji pensó que su mejor baza era innovar: se inventó un producto nuevo que poder presentar en la entrevista y realizó un webinar para mostrarlo. La estrategia le salió redonda porque consiguió el puesto; así que ya sabéis, si queréis ir a lo grande, apostad también a lo grande.

A día de hoy, Fidji podría encajar perfectamente en la imagen del feminismo del siglo XXI. Es una mujer con una exitosa carrera profesional, pero que no se ha privado de formar su propia familia al otro lado del mundo de la que fue su ciudad natal. Es un símbolo más de la globalización, pero más representativo aún, mujeres como ellas se han convertido en la imagen y demostración de que feminismo; el mero hecho de estar hablando de ella y ponerla como ejemplo evidencia que todavía nos sorprendemos con historias como la suya. El día que nadie hable de cómo una mujer ha llegado hasta donde está Fidji, habremos hecho historia.