"Este es un mundo de hombres, cariño, cuanto antes te des cuenta, mejor para ti". Esto es lo que la madre de Drew Gilpin Faust le decía a su hija cuando era pequeña. Parece ser que Faust, aunque se diera cuenta, decidió no conformarse con ello porque se ha convertido en la primera mujer presidenta de la Universidad de Harvard. Y desde que tomó su mando hace ya 9 años, ha transformado profundamente los cimientos de una de las instituciones educativas, con 380 años de historia, más elitistas de todo el mundo.
Por muchísimas razones, la revista Forbes la consideró el pasado 2015 como una de las mujeres más poderosas del mundo. Y aunque Faust no pudo estudiar ni en Harvard ni en Princeton cuando lo hizo ninguna de las grandes universidades americanas aceptaba a mujeres, ahora es ella la que manda. Y qué alegría.
En primer lugar, desde que preside Faust, la presencia de mujeres en la Universidad ha aumentado un 25%. Por otro lado, se vio obligada a tomar fuertes medidas de recortes debido a la crisis económica que hubo en 2009 y sigue habiendo, y que generaron mucha polémica en todo el sector académico. Además, en los últimos años ha creado una plataforma online de cursos gratuitos y ha elevado las becas. ¿Su objetivo? Hacer más accesible la Universidad la estudiantes de todo el mundo.
Aunque la decisión de Faust que más impacto ha tenido ha sido la fuerte medida de control que ha instaurado para evitar el acoso y las violaciones, tras los escándalos que ha habido en muchos campus de Estados Unidos. Y no solo eso, también se ha atrevido a meter mano en las intocables hermandades: ha instaurando una serie castigos para aquellos alumnos que pertenezcan a alguna asociación no oficial en la que solo se permitan hombres o mujeres.
La convicción de Drew Gilpin Faust y su compromiso con las mujeres no es algo de ahora. Se doctoró en Civilización Americana por la Universidad de Pensilvania, donde ejerció durante 25 años como profesora de Historia y Estudios sobre las Mujeres. Y, en 2001, unos años antes de de tomar su cargo como Presidenta en Harvard , fue nombrada Decana del Instituto Radcliffe de Estudios Avanzados, donde dedicaba gran parte de sus investigaciones a temas sociológicos y estudios de género.
Lo más curioso es que Faust substituyó al antiguo presidente de Harvard, Lawrence Summers, que 2 años antes se había atrevido a sugerir públicamente que existían "diferencias innatas" entre ambos sexos que podrían ayudar a explicar porqué había menos mujeres que hombres en los primeros puestos de matemáticas y ciencias de las universidades. Seguramente aún se esté arrepintiendo de su 'pequeña' metedura de pata.