La forma del cuerpo de un hombre y una mujer es distinta y la ropa que visten necesita, generalmente, un diseño distinto. Obvio, ¿no? Bueno, pues parece que la Guardia Civil no lo ha tenido siempre tan claro. Según denuncia la Asociación Unificada de Guardias Civiles AUGC y recoge el diario The Guardian, la Benemérita no proporciona chalecos antibalas especialmente diseñados para el cuerpo de las mujeres, lo que consideran discriminatorio.
La polémica saltó a finales de agosto cuando una guarda civil fue acusada en Salamanca de insubordinación por usar un chaleco antibalas que ella misma había comprado por 500 euros. Según denuncia Pilar Villacorta, secretaria del departamento para la mujer de la AUGC, la razón es que los chalecos oficiales están diseñados para cuerpos masculinos y a menudo son demasiado grandes cuando los visten mujeres, lo que impide que pueda acceder rápido a su arma o a las esposas.
La agente sancionada pidió usar el chaleco que ella había adquirido por su cuenta, como llevaba años haciendo, durante un control rutinario. Su superior, sin embargo, le negó la opción. Ella optó entonces por seguir vistiendo su chaleco y ahora se encuentra de baja. La acusación ha decidido invocar el código militar, por lo que si se la encontrara culpable de insubordinación podría ir a la cárcel.
El suceso despertó las protestas de la Asociación Unificada y de muchas mujeres que acusan a la institución de machismo por no tener en cuenta la distinta realidad antropomórfica de hombres y mujeres. Porque la realidad es que existen chalecos antibalas para mujeres, pero hasta ahora no ha existido la voluntad o la conciencia para solicitarlos.
“Estamos hablando sobre trabajadoras que intentan protegerse a sí mismos de la apatía mostrada por la institución a la que sirven, la cual, lejos de resolver las cosas, opta por prohibir a las agentes dar sus propios pasos para garantizar su seguridad”, ha denunciado la AUGC en The Guardian.
La cuestión de la necesidad de chalecos diseñados específicamente para mujeres lleva tiempo sobre la mesa de demandas de las asociaciones de la Guardia Civil. Sin embargo, hasta el momento la institución, cuyos puestos de mando están masivamente ocupados por hombres, ha hecho oídos sordos. El eco que el suceso en Salamanca está adquiriendo ha hecho que la Guardia Civil replantee su estrategia.
Este mes se ha anunciado que de los 21.000 chalecos que se encargarán para los próximos tres años, 2.000 estarán adaptados para cuerpos femeninos. La medida es, obviamente, un avance, pero aún insuficiente porque en la institución hay unas seis mil mujeres. Además, queda pendiente qué pasará con la agente que se negó a vestir el chaleco con forma masculina. El grupo socialista en el Congreso presentó preguntas al Gobierno sobre el caso, pero la actuación aún está por dirimir. Tampoco hasta ahora se había pensado en la Guardia Civil que las mujeres pudieran tener necesidades indumentarias diferentes a los hombres.