Hay todo un saco de estereotipos en relación a cómo son o deberían ser las mujeres y, claro, son muy distintas a los hombres. Pero todas esas cualidades y defectos, ¿son solo algo cultural o hay algo de científico? Un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Zurich ha decidido averiguar si los cerebros de hombres y mujeres responden de igual manera cuando tienen la oportunidad de ser más generosos o amables con otras personas.
"Se sabe que las mujeres y los hombres se comportan de manera diferente, pero no se sabe por qué o cómo ocurre esto en el cerebro", explica, Philippe Tobler, responsable de la investigación que ha sido publicada en la revista científica Nature Human Behaviour. Para resolver esto, Tobler y su equipo hicieron un experimento que intentaba explicar si el sistema de recompensas del cerebro está vinculado a comportamientos sociales que tengan que ver con los demás distintos en hombres y mujeres por naturaleza y no por cultura.

En el primero, un grupo de 56 hombres y mujeres fueron divididos aleatoriamente en dos grupos y se les planteó que podrían quedarse con una cantidad de dinero en efectivo o repartirla con otra persona extraña o desconocida. A uno de los grupos se le administró un placebo y al otro amisulpride, un fármaco que bloquea la acción de la dopamina en el cerebro el neurotransmisor encargado del placer y el refuerzo positivo. Ni científicos ni participantes supieron qué grupo iba a estar bajo los efectos del amisulpride.
Según los resultados, al tomar el placebo el 51% de las mujeres y el 40% de los hombres optaron por compartir el dinero. Pero después de tomar amisulpride, las mujeres se mostraron más egoístas el 45% decidieron compartir, mientras que los hombres se volvieron más generosos 44%. Apoyándose de un segundo estudio, que se centraba en el análisis de una zona concreta del cerebro, los investigadores concluyeron que el cerebro de las mujeres está biológicamente más dispuesto a compartir que el de los hombres. Sin embargo, sus conclusiones no convencieron en absoluto a otros científicos y opinadores, que afirman que este es otro caso en que la ciencia apoya a un sistema patriarcal y machista.
En concreto, la científica Gina Rippon, profesora de neuroimagen cognitiva en la Universidad de Aston Reino Unido, y Angela Saini, periodista científica y autora de libros como Inferior: How Science Got Woman Wrong 'Cómo la ciencia hace a la mujer peor', invalidan por completo el planteamiento, los métodos de los experimentos y los resultados de estos estudios. Saini asegura, además, que este experimento está sesgado precisamente de machismo cultural desde su inicio.
"Sabemos que socialmente se espera que las niñas y las mujeres se comporten de maneras diferentes de los niños y hombres. Animamos a las chicas a que sean más amables, tiernas y generosas, porque estas se ven como virtudes femeninas", afirma. Por lo tanto, prosigue, "no debería sorprendernos que una investigación como esta demuestre que las mujeres tienden a mostrar una mayor respuesta de recompensa a este tipo de comportamiento". En definitiva, un ejemplo más de cómo la ciencia puede servir para apoyar o desmentir valores tan tóxicos como el machismo