Para Google, El Holocausto No Sucedió Y Dios No Ama A Todo El Mundo

Google no tiene rival. Dudo que haya muchos de nosotros que no lo utilicen como buscador principal para indagar en Internet. Competidores como Yahoo o Bing miran desde lejos

Google no tiene rival. Dudo que haya muchos de nosotros que no lo utilicen como buscador principal para indagar en Internet. Competidores como Yahoo o Bing miran desde lejos, desde muy lejos, son como piltrafillas para él. Pero, ¿nos preguntamos alguna vez si ese gigante tecnológico estadounidense es realmente neutral? ¿Los resultados de sus búsquedas podrían estar determinados por alguna influencia? O, más bien, ¿es posible que, a través de ellos, se influya en las opiniones, gustos y preferencias de los usuarios? Hay ejemplos prácticos que pueden ofrecernos respuestas.

Probemos a preguntarle a Google, en inglés, si sucedió el Holocausto: Did the Holocaust happen?La respuesta es contundente: la primera página que se nos muestra, es decir, la sugerencia más importante -la que se supone que debe llamar más la atención del usuario interesado- es de un grupo neonazi stormfront.org que te da 10 supuestas razones por las cuales el Holocausto nunca sucedió. preguntarle a Google, en inglés, si sucedió el Holocausto, el autor de la matanza ocurrida en la isla noruega de Utoya, en la que, en 2011, 77 personas perdieron la vida a tiros. Una web que se define como "la voz de la nueva minoría blanca sitiada". En definitiva, Google te dice que la información más importante que puedes encontrar sobre aquella terrible barbarie que causó la muerte de millones de personas es una web neonazi que te explica que eso jamás ocurrió. Aunque plantear la pregunta, en sí, puede que influya en los resultados obtenidos, que la respuesta sea "no" es preocupante.

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Hace unos meses, se destapó otra polémica: en Google Maps no aparece Palestina. Se muestra una línea discontinua que dibuja los dos territorios dentro de Israel -la Franja de Gaza y Cisjordania-, pero sin la etiqueta de Palestina en el conjunto como estado.

El medio británico The Guardian reproducía unas palabras que, según afirmaba, había dicho un portavoz de Google: "Nunca ha habido una etiqueta de 'Palestina' en Google Maps, sin embargo, descubrimos un error que eliminaba las etiquetas 'Cisjordania' y 'Franja de Gaza'. Estamos trabajando rápido para volver a poner estas etiquetas en el área correspondiente".

El hecho es que, en el mundo, 137 países reconocen a Palestina como estado, según los datos de las Naciones Unidas. Pero Estados Unidos, patria de Google, no es uno de ellos. El motivo es, básicamente, la amistad que ha mantenido siempre con Israel, su socio fundamental en Oriente Medio. En España, en 2014, el Congreso reconocía por unanimidad al Estado Palestino e instaba al Gobierno a dar también pasos en la misma dirección, pero el proceso está encallado, en parte por lo que este hecho significaría también en cuestión de política interior: por las repercusiones que podría tener, por ejemplo, con las reivindicaciones independentistas de Catalunya.

Pero hay más. Según el medio experto en buscadores de Internet, Search Engine Land, si le preguntabas a Google en inglés acerca de si "Dios ama a todo el mundo", la respuesta directa que te aparecía era un texto que apuntaba textualmente que "Dios sólo ama a los cristianos y sólo los cristianos tienen Su eterna gracia y misericordia y la promesa de Su amor eterno en el paraíso". Para Google -o para su algoritmo- esa era la respuesta más relevante. Hay que decir que, o bien Google ya ha eliminado ese resultado, o bien desde España no aparece lo mismo que aparecería si hiciéramos esta prueba en EE.UU.

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Por si todo eso no fuera suficiente, también está la teoría de lo que el ciberactivista Eli Pariser llamó "burbuja de filtros", según la cual, en páginas como Google, Facebook o Instagram, sólo se nos muestra lo que un determinado algoritmo piensa que nos interesa -teniendo en cuenta nuestro historial de búsquedas, de visitas, incluso de conversaciones-, por lo que vivimos con una especie de venda cibernética sobre los ojos que impide que nuestro mundo se amplíe con otras visiones alternativas, más allá de aquellas a las que estamos acostumbrados. Estaríamos, por tanto, condenados a caer siempre sobre los 'mismos' temas.

Hay que tener en cuenta que el buscador de Google posee una cuota de mercado en el mundo de más del 90%, según el portal Statista, por lo que esta herramienta de Internet goza de un enorme poder de influencia a través de las perspectivas que propone, lo que, en teoría, debería obligar a sus desarrolladores a diseñarla con un sentido de la responsabilidad equivalente. Por eso es tan importante saber cómo funciona, pues así estaremos más cerca de impedir que nos dirija o manipule a su antojo, sabiendo que, si finalmente decidimos dejarnos llevar, lo haremos siempre con conocimiento de causa.

Crédito de lal imagen: Michael McGimpsey