Por Qué Hay Tanta Gente Que No Volvería A Hacer Un Máster

Uno de cada tres titulados de máster, no volvería a cursarlo. Un dato más negativo de lo que parece, ya que si se compara con el porcentaje de alumnos de grado o doctorado es mucho más alto.

Si estás leyendo esto, puede que te encuentres entre una de estas dos situaciones. Has acabado tus estudios y te estás planteando si ampliarlos con un máster o intentar trabajar ya, o bien tienes un trabajo que no te acaba de convencer, y crees que puedes mejorar tus aptitudes en un puesto superior, además de llevarte un buen pellizco más a final de mes.

Pues bien, ojo al dato: uno de cada tres titulados de máster, no volvería a cursarlo. Un dato más negativo de lo que parece, ya que si se compara con el porcentaje de alumnos de grado o doctorado es mucho más alto. Así lo ha confirmado la Encuesta de Inserción Laboral de la Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari de Catalunya Encuesta de Inserción Laboral de la Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari de Catalunya.

Desde hace unos años, los máster han crecido como las setas. Nos han inculcado que para encontrar trabajo, además de tener una carrera, saber inglés y ser flexible tanto a nivel salarial como de disponibilidad horaria, hace falta tener una especialidad, normalmente demostrable mediante un máster y los consecuentes miles de euros que cuesta a veces, hasta nos hemos tenido que endeudar para poder cursar uno. Por eso mismo, en los últimos 5 años, tanto la oferta de programas de máster como la cantidad de alumnos matriculados se ha duplicado según el sistema de indicadores universitarios de la Secretaria d’Universitats i Recerca de Catalunya. Y tú, ¿aún no tienes un máster? Si la respuesta es no, plantéatelo, porque ya empiezas a ser un bicho raro.

Sin embargo, esta moda impuesta puede estar viviendo sus últimos días. Según la encuesta, las cuatro motivaciones principales para cursar un máster son progresar en la trayectoria profesional, profundizar en la formación, aumentar las oportunidades de trabajo y adquirir nuevas competencias. En definitiva, abrirte camino. Pero, por desgracia, estas expectativas no se están cumpliendo.

Pero, ¿por qué no repetir un máster?

Las razones no dejan muy abierto el debate... el impacto más que adverso, es inútil:

  • Para empezar, sólo uno de cada tres encuestados declara que los estudios de máster ha tenido un impacto positivo en su situación en el mercado laboral. Sí, sí, yo también sigo pensando que nos estamos recuperando económicamente...
  • La calidad de la ocupación es la misma si has acabado un máster que si has acabado un grado. Es decir pésima. De hecho, el 86% de los titulados de máster no trabaja hasta pasados entre dos y tres años después de haber acabado los estudios. 
  • Después de realizar el máster no consigues un trabajo que te guste más. Tampoco un importante aumento salarial. Es decir, que sigues estancado y aún encima, te sientes estafado.
  • Pero ¡atención! No todo es malo. El único indicador que obtiene una valoración superior a un 7 es la calidad de la formación recibida. España es uno de los países con mejor calidad en los estudios impartidos, pero que peor administra sus resultados. Fruto de ello, es la migración de nuestros ‘cerebritos’. Lo curioso es que el segundo elemento mejor valorado sea la posibilidad de establecer contactos durante el curso. Si es que está claro: si aún no te has enterado, ¡España funciona por contactos!

Si eres de los que te gusta el riesgo y sigues con ganas de hacer un máster, te gustará saber esto: los que gozan con un mayor porcentaje de empleabilidad son los de gestión y práctica del deporte, aeronáutica y medicina; y los que menos, los de bellas artes, geografía e historia y veterinaria. ¡El grado de atrevimiento ya es cosa tuya!