Cada año se vierten a los océanos más de 8 millones de toneladas de deshechos, según un informe de Greenpeace y algunos de estos residuos pueden llegar a tardar varios cientos de años en descomponerse. Por ello cualquier iniciativa para liberar los mares del plástico son una gran noticia, como estos basureros flotantes que ha comenzado a instalar el Reino Unido en sus aguas y con los que espera recoger 83.000 bolsas de plástico al año con cada uno de ellos.
El funcionamiento es sencillo. Se trata de contenedores que se dejan flotando, a través de un sistema va filtrando el agua a su alrededor y los desechos quedan atrapados dentro de una bolsa que posteriormente se vacía al recoger el recipiente. Es capaz de recoger desde bolsas y botellas grandes de plástico hasta pequeños deshechos e incluso petroleo. "Son relativamente pequeños, pero están generando bastante impacto. Si ponemos cientos o miles de ellos, será de gran ayuda para los océanos", explica el fundador de la empresa que lo ha creado, el australiano Pete Ceglinski, a la cadena británica BBC.
Él y su compañero Andrew Turton lanzaron el proyecto Seabin a principios de 2016 y consiguieron financiación a través de un exitoso crowdfunding. Actualmente, con la inversión del gobierno británico están cada vez más cerca de su objetivo que es colaborar en la limpieza de los mares y océanos.