Suponemos que ya lo sabes, pero te lo vamos a recordar: las autoridades podrían multarte si participas en protestas o sentadas, también pacíficas. O si te manifiestas frente al Congreso, Senado o un Parlamento autonómico. También, si formas parte de la paralización de un desahucio. Y no digamos si, además, estás haciendo fotos. En todos los casos, eres carne de sanción.
Pero nada de esto debería sonarte a nuevo, pues solo son algunas de las muchas restricciones que entraron en vigor con la llamada 'Ley Mordaza' -o Ley de Seguridad Ciudadana-, hace ya más de un año. Una medida que ha supuesto una de las mayores privaciones de libertad de la historia de la democracia en nuestro país. Una suerte de tiranía moderna contra la que ha decidido actuar el fotógrafo Daniel Mayrit. Su método: 'trollear', de forma directa, al Cuerpo Nacional de Policía.
¿Cómo denunciar algo que no se puede fotografiar ni demostrar?, ¿cómo reflejar los posibles abusos por parte de la autoridad? Es tu palabra contra la del Estado, y sin pruebas. Mayrit descubrió que había una forma de burlar la ley y ponerla en entredicho: trabajando desde dentro de la misma. Así, dedicó varios meses a descargar fotos de las redes y plataformas de la Policía Nacional, con el único fin de pixelar sus caras y 'censurar' la única fuente de imágenes autorizadas de los cuerpos de seguridad: la que ellos mismos comparten.
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Uno de los aspectos más criticados de esta ley ha sido, precisamente, el que afecta a todo lo referente a la libertad de expresión e información, que perjudica no solo a periodistas y fotógrafos, sino a toda una sociedad que alzaba la voz ante las injusticias. Muchas de ellas, relacionadas con la brutalidad policial sufrida por personas que participaban en manifestaciones o que, simplemente, pasaban por allí, como ocurrió en el caso de Ester Quintana.
En el artículo 36 de dicha ley se especifica que constituye una infracción grave, entre otras muchas cosas, el hecho de difundir imágenes no autorizadas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando pongan en peligro su integridad física, personal, la de su familia, o en riesgo la operación que están llevando a cabo. Traducción: No se pueden publicar fotografías en las que aparezcan miembros de la Policía Nacional, Local o Guardia Civil.
Es decir, las mismas fuerzas policiales son las que controlan el material audiovisual que no sea propio o autorizado. Ellos son los únicos que pueden gestionar su imagen y, por tanto, el reflejo de la proporcionalidad de sus actos. Un hecho que podría dejar en una encrucijada a los ciudadanos.
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El resultado de este trabajo está recogido bajo el nombre de Imágenes autorizadas, disponible en su web y en una cuenta de su web que reúne todas las instantáneas censuradas que va generando. Mayrit ha convertido así la prohibición de tomar fotos de este cuerpo policial del Estado en una ironía artística: publica imágenes sobre los cuerpos de seguridad, sí, pero, paradójicamente, no lo hace.
“En un momento en el que las cámaras e imágenes se han vuelto omnipresentes, los distintos cuerpos policiales producen y distribuyen constantemente imágenes de sí mismos a través de sus diversos canales”, explica Mayrit en su web. Su contribución pretende remover conciencias sobre el monopolio que ejerce el Gobierno sobre su propia imagen. “¿Y si estas imágenes generadas desde dentro estuvieran también sujetas a los procesos de censura necesarios para el cumplimiento de la Ley Mordaza?”, añade.

Uno de los puntos que más preocupan de la medida es el peso que se les concede a las Fuerzas de Seguridad, ya que son ellas las que deciden si alguien es culpable o no de posibles infracciones administrativas. Antes, esta decisión recaía en un juez de instrucción, que, en cambio, sí sigue tutelando la acción policial en los casos penales. De cualquier forma, el fotógrafo se propone seguir cuestionando la eficacia de la ley, utilizándola contra los propios contenidos de quienes son los encargados de aplicarla.
No hace falta darle muchas vueltas para ser conscientes de las consecuencias que podrían tener estas restricciones sobre la ciudadanía. Sobre todo, si tenemos en cuenta la situación en la que nos encontramos, con recortes constantes en nuestros derechos y libertades. En estos casos, el papel de las redes sociales ha sido y será crucial para articular movilizaciones y hacer visibles las injusticias. Estados Unidos es un ejemplo especialmente significativo debido a la actualidad que ha tenido durante los últimos meses el movimiento Black Lives Matter.

Quizás ahora en España sería muy difícil generar acciones similares. De hecho, es probable que no nos enteremos ni de la mitad de ellas, en comparación con años atrás. Por eso, Daniel Mayrit se propone vigilar esta vez a los que vigilan, aplicándoles su propio método como forma de denuncia.